UN VETERANO BUSCA A FAMILIA QUE LO COBIJÓ DESPUÉS DE LA GUERRA

Rubén Antonio Pastor, junto a su esposa Claudia, volvió a Puerto Madryn después de 35 años de su llegada en el Camberra al finalizar la guerra.

Quiere abrazar y agradecer al matrimonio que a él y varios compañeros más, los llevaron a su casa, les dieron de comer, beber mate cocido caliente y la contención necesaria al regreso al continente.

Son muy pocos los datos que recuerda, sólo que era un matrimonio de entre 40 a 50 años en ese momento, que vivían cerca de la Barraca Lahusen (hoy Bingo Municipal), y que Rubén, como forma de agradecimiento, le regaló su gorro de piel que usó en Malvinas y la frazada que lo abrigó durante el trayecto en el Camberra.

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Rubén partió a las islas el 13 de abril de 1982, "engañado" por los mandos que le dijeron a él y su grupo que iban a Mar del Plata. No alcanzó a despedirse de Claudia, su esposa desde hacía cuatro meses, ya que el alistamiento para el combate fue rápido y sorpresivo.

Es la primera vez en 35 años que Rubén vuelve a Madryn intentando cerrar ese vacío de encontrarse con esa familia que fue la primera contención.

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Luchó en la Batalla de Monte Longdon donde vio morir a sus compañeros, donde sufrió en carne propia el fragor de la lucha, las muestras de heroísmo de los mandos medios, y la cobardía de sus superiores.

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Luego de muchos años y superado con mucho esfuerzo el estrés post guerra, Rubén pudo reencontrarse con un veterano correntino con quién compartió el frente de batalla.

Su familia le agradeció por haberlo cuidado en el campo de batalla cuando fue herido.

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Todavía se lamenta con dolor los intentos de los altos mandos militares que buscaron meterles miedo a los soldados diciéndoles que la gente no los recibiría bien.

Rubén recuerda que en los últimos momentos del conflicto armado y cuando se sabía que la guerra estaba perdida, un oficial borracho los mandó nuevamente al frente casi desarmados.

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