DE FUTBOLISTA A ABOGADO: REVANCHA CONTRA CAMORANESI

En 1994, el joven futbolista Javier Pizzo enfrentó su peor pesadilla en un partido entre Alvarado y Aldosivi. Una violenta infracción de Mauro Camoranesi acabó con su carrera deportiva.

El planchazo fue devastador. Pizzo sufrió múltiples roturas en la rodilla, que incluyeron ligamentos, meniscos y tendones. Los médicos quedaron impactados por la magnitud de la lesión.

Tras dos operaciones, intentó volver al fútbol entre 1997 y 1998, pero el daño era irreversible. "Mis sueños de triunfar en el fútbol se desvanecieron", recordó Pizzo años después.

Lejos de las canchas, encontró una nueva pasión. Durante su recuperación, desarrolló interés por la lectura y comenzó a estudiar Derecho. En pocos años, se convirtió en abogado.

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"La lesión me llevó a redescubrirme", explicó Pizzo. Su habilidad para superar obstáculos lo llevó a buscar justicia contra Camoranesi, quien en 2006 se consagró campeón del mundo con Italia.

En 2008, la justicia argentina condenó a Camoranesi. "La agresión fue un exceso evitable", dictaminó el fallo, obligando al exjugador a pagar 200.000 pesos.

El juicio enfrentó numerosos desafíos. Notificar a Camoranesi mientras jugaba en Europa complicó el proceso. Sin embargo, un video del incidente fue clave para sustentar el caso.

A pesar del dinero recibido, Pizzo nunca obtuvo disculpas. "No las esperaba, pero me hubiese gustado un gesto público", señaló el abogado desde su oficina en Mar del Plata.

El regreso de Camoranesi al fútbol argentino reavivó la polémica. Nuevas infracciones, como una patada a Toranzo y un planchazo a Heinze, reafirmaron la conducta agresiva del exvolante.

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"Esas jugadas confirmaron lo que viví en 1994", afirmó Pizzo. Su historia representa una victoria no solo personal, sino también un ejemplo de resiliencia y lucha por la justicia.

Hoy, Javier Pizzo trabaja como abogado y sigue ligado al deporte desde otro ámbito. "Transformé mi tragedia en una oportunidad", concluyó con orgullo.