MERCEDES TURTURRO: UNA VIDA BAJO EL MAR

Mercedes Turturro es pionera en el buceo y la caza submarina en la región. Nacida en Bahía Blanca en 1945, su pasión por el mar la llevó a instalarse en Puerto Madryn en los años 70. Hoy comparte su experiencia como mujer buceadora en un ámbito históricamente masculino.

"El viaje a Madryn cambió mi vida", aseguró en diálogo con #LA17. En 1970, llegó por primera vez a la ciudad para realizar un curso de buceo en aguas abiertas. Desde entonces, no solo se dedicó al buceo recreativo, sino también a la investigación científica.

Mercedes fue la primera mujer en rendir examen para obtener la patente de buzo profesional. En una época en la que pocos se animaban, rindió ante la Prefectura Naval Argentina y obtuvo su habilitación. Este logro marcó un hito en la historia del buceo en el país.

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Su conexión con el mar fue siempre un motor para su vida. Participó en campeonatos de caza submarina y colaboró en investigaciones oceanográficas. "Es un mundo completamente diferente que te atrapa desde el primer descenso", explica.

En Puerto Madryn, fue parte de la instalación del laboratorio de exploración submarina en Punta Loma. Este proyecto, junto al Instituto Argentino de Oceanografía, buscaba explorar las aguas de la región. Su esposo, Pancho Mestre, también compartió esta pasión.

Mercedes destaca la importancia de las mujeres en el buceo actual. Aunque en sus inicios era la única mujer, hoy celebra que más chicas se sumen a esta actividad. "Es maravilloso ver cómo crece el interés y la participación femenina", afirma.

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Su vida estuvo marcada por la dedicación y el amor al océano. Desde sus primeras experiencias en el buceo hasta su rol como guarda fauna en Punta Loma, Mercedes dejó una huella imborrable. "El agua es parte de mi ADN", reflexiona.

Además de su labor profesional, Turturro es una defensora de la conservación del mar. En sus relatos, siempre destaca la necesidad de proteger los recursos naturales. Su legado inspira a nuevas generaciones a conectar con la naturaleza.

Hoy, a sus casi 80 años, Mercedes continúa activa en su pasión por el buceo. Con sus bastones de caminata nórdica y su bitácora diaria, sigue explorando la costa de Madryn. "El mar es mi hogar y siempre lo será", concluye.