Pymes en rojo: se apagaron 200.000 empleos y la producción se hunde
Actualidad29/09/2025
Sergio Bustos
Pymes en Argentina al borde del colapso.
La Asociación de Industriales Pymes Argentinos (IPA) presentó un informe que sacudió al sector. “De cada 10 máquinas que hay en las fábricas, cuatro están paralizadas”, describió con crudeza el titular Daniel Rosato.
El relevamiento reveló que la capacidad instalada de las pymes se ubica en 58,2%, con una caída interanual de 1,5 puntos. La industria automotriz retrocedió 8,1% y la química 5,8%, dos de los rubros más golpeados.
La pérdida de puestos de trabajo marcó otro dato alarmante: en 18 meses se destruyeron 272.880 empleos formales. El mercado interno tampoco da respiro: las ventas cayeron 9% y el canal mayorista arrastra 24 meses en rojo.
El leve repunte de supermercados, con ocho meses seguidos en alza, no alcanza para compensar la caída histórica del consumo. La sensación en el sector es de ahogo.
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Desde IPA señalaron que “el plan financiero del derrame nunca llegó y la crisis dejó casi sin respirar a las fábricas”. Las advertencias se multiplican porque la falta de reacción oficial amenaza con agravar la situación.
El informe también reflejó el deterioro del saldo comercial: el superávit se desplomó 64% interanual. De u$s14.075 millones en 2024, bajó a apenas u$s5.071 millones este año.
Las importaciones crecieron 32% contra un magro 6% de las exportaciones, el peor desempeño en una década. La brecha desnuda una estructura productiva debilitada y sin competitividad.
IPA anticipa “meses complejos” marcados por volatilidad financiera, inflación persistente y salarios que pierden contra los precios. “Si no se toman medidas urgentes, la asfixia será total”, remarcaron.
El clima electoral agrega incertidumbre. Para el sector, el resultado post-elecciones será determinante para estabilizar la macroeconomía y evitar un colapso más profundo.
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La industria pyme, motor del empleo y de la producción nacional, pide una reacción inmediata. Reclaman al Gobierno un plan que atienda la microeconomía y que devuelva aire a los talleres y fábricas.
La advertencia quedó instalada: sin consumo interno no hay industria que resista. El tiempo corre y la presión sobre el empleo y la inversión amenaza con dejar cicatrices duraderas.
En los parques industriales, el panorama se repite: máquinas paradas, turnos reducidos y planteles ajustados. Cada cierre golpea a la comunidad y multiplica la incertidumbre.
Los empresarios coinciden en que no se trata solo de sostener fábricas, sino de proteger la base productiva que sostiene a cientos de localidades. “No pedimos privilegios, pedimos sobrevivir”, insistieron.
La pregunta ya no es si la crisis afecta, sino cuánto resistirán las pymes sin un cambio de rumbo.
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