El Gobierno reunió al Consejo de Mayo y abrió el debate por la reforma tributaria que Milei quiere

La Casa Rosada volvió a ser el ámbito central de las discusiones políticas y económicas con la reunión mensual del Consejo de Mayo, órgano creado por el presidente Javier Milei para encauzar sus reformas estructurales. Este lunes, el jefe de Gabinete Guillermo Francos presidió un encuentro en el que la reforma tributaria ocupó el primer lugar en la agenda.

La convocatoria reunió a representantes del Ejecutivo, las provincias, el Congreso, el sindicalismo y el empresariado. Entre los presentes estuvieron Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación; Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza; Carolina Losada, senadora nacional; Cristian Ritondo, diputado del PRO; Gerardo Martínez, secretario general de la UOCRA; y Martín Rappallini, presidente de la UIA. También asistieron asesores técnicos como Luciano Laspina, Diego Coatz y Carlos Abeledo.

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El objetivo de la discusión fue avanzar en un rediseño impositivo que permita reducir la cantidad de tributos y dar mayor certidumbre a inversores locales y extranjeros. Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, actualmente existen 155 impuestos vigentes en el país, de los cuales diez concentran el 94% de la recaudación. La administración libertaria busca simplificar este esquema y achicar la presión fiscal.

El debate tributario se enmarca dentro de las llamadas “reformas de segunda generación” que también incluyen la modernización laboral. Milei viene sosteniendo públicamente que la secuencia es clave: primero bajar impuestos, luego flexibilizar el mercado laboral y finalmente abrir la economía. “Nuestro objetivo es convertirnos en el país más libre del mundo”, repitió días atrás el Presidente en una entrevista con Niall Ferguson.

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El clima de hermetismo rodeó la reunión, que originalmente debía realizarse el 20 de septiembre pero fue postergada por la agenda internacional de Milei. Pese a las críticas de algunos sectores opositores que cuestionan la legitimidad del Consejo, el Gobierno insiste en que funciona como una herramienta de consulta y construcción de consensos básicos.

La reforma tributaria despierta expectativas entre empresarios que reclaman previsibilidad frente a la competencia externa y un esquema más simple para operar en el país. El oficialismo proyecta presentar un documento final en diciembre con los lineamientos principales y enviarlo al Congreso en el próximo período legislativo. La apuesta del Gobierno es que las reformas puedan ser aprobadas en 2026, en la segunda mitad del mandato presidencial.

Fuente: Infobae