Luego de diez años, comenzó la extracción del barco hundido Sagrado Corazón

Puerto Rawson vuelve a ser escenario de un hecho largamente esperado por la comunidad marítima. Desde este jueves, buzos especializados y operarios comenzaron a trabajar sobre la estructura del buque pesquero Sagrado Corazón, hundido desde el 20 de agosto de 2016 en la desembocadura del río Chubut.

El navío, perteneciente a la firma Pennisi, Bonaccorso y Malvica SRL de Mar del Plata, ingresó sin autorización al puerto con marea bajante y, tras una maniobra fallida, quedó varado hasta escorar por completo. Desde entonces, su presencia se convirtió en un problema ambiental, un obstáculo para la operatoria pesquera y el eje de un prolongado conflicto judicial.

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Durante casi una década, el barco oxidado permaneció inmóvil en medio del cauce, generando quejas de pescadores y autoridades portuarias por los riesgos que representaba. La falta de acción de los propietarios agravó la situación y derivó en reclamos formales que llegaron hasta la Justicia.

En julio de este año, el Gobierno Provincial obtuvo finalmente la autorización de Prefectura Naval para avanzar con el reflotamiento y la extracción. La primera etapa de las operaciones prevé un relevamiento exhaustivo del estado del casco por parte de una empresa de buceo, que debe diseñar un plan técnico de remoción sujeto a aprobación oficial.

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Los trabajos actuales se concentran en tareas preliminares para estabilizar la estructura y permitir la maniobra de extracción sin riesgos adicionales. La Prefectura supervisa el procedimiento para garantizar que las acciones se ajusten a las normativas de seguridad y preservación ambiental.

La remoción del Sagrado Corazón representa un paso decisivo para recuperar la operatividad plena de Puerto Rawson y despejar un símbolo del abandono que generó malestar durante años. Fuentes oficiales destacaron que la extracción no solo permitirá mejorar la circulación en la zona portuaria, sino también reducir un foco de contaminación persistente.

El operativo demandará varias etapas y podría extenderse durante semanas, dependiendo de la complejidad del trabajo bajo el agua y de las condiciones climáticas. Una vez finalizado, se prevé trasladar la embarcación fuera del cauce para su disposición final.