El RIGI concentra 20 proyectos por más de USD 34.000 millones con dominio de minería y energía

El Centro de Estudios de Gobernanza Global (CEGG) de la Universidad Austral presentó un informe que analiza el impacto del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el programa impulsado por el Gobierno nacional para atraer capitales extranjeros. El relevamiento identificó 20 proyectos valuados en USD 34.422 millones, con predominio de los sectores energético y minero, que concentran el 98% de las propuestas presentadas.

De acuerdo con el documento, siete proyectos ya recibieron aprobación del Ministerio de Economía por un total de USD 13.613 millones, destacándose iniciativas vinculadas a Vaca Muerta, la expansión de energías renovables y la producción de litio. Entre los casos más relevantes figuran el oleoducto Vaca Muerta Sur, un buque flotante de licuefacción, el parque solar de YPF Luz en Mendoza, un parque eólico industrial en Olavarría, y emprendimientos mineros de Río Tinto, Galan Lithium y Sidersa.

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El estudio detalla que la composición sectorial del régimen está conformada por un 65% de proyectos mineros y un 33% energéticos, mientras que el resto corresponde a obras de siderurgia e infraestructura logística. En los últimos meses se evidenció un viraje hacia la minería a gran escala, con avances en propuestas de Glencore en San Juan y Catamarca, y una Terminal Multipropósito en Timbúes (Santa Fe) para optimizar exportaciones.

La tendencia, según los autores del informe, marca un cambio estructural en la orientación de las inversiones, ya que los proyectos mineros de gran envergadura, especialmente los de cobre, comenzaron a superar en volumen a los energéticos. La electrificación global, la demanda de baterías y la transición energética impulsan este fenómeno, que posiciona a América Latina como proveedor estratégico de minerales críticos.

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El documento subraya que América Latina concentra más de un tercio de las reservas mundiales de litio, cobre y plata, lo que genera una oportunidad geopolítica única para países como Argentina, Chile y Bolivia. En paralelo, el consumo energético global muestra una meseta proyectada hacia 2030, con Asia como motor de la demanda de petróleo y gas, lo que amplía la ventana para exportadores alternativos en el hemisferio sur.

Sofía del Carril, directora ejecutiva del CEGG y coautora del estudio, sostuvo que “el RIGI está atrayendo capitales del exterior en sectores estratégicos, con aprobaciones emblemáticas que aceleran infraestructura y agregan exportaciones. La señal es clara: reglas estables y previsibles desbloquean proyectos”.

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La especialista remarcó que la continuidad del régimen depende de una política de Estado que consolide la confianza: “Para sostener el flujo de inversiones, Argentina debe construir un perfil confiable, con gobernanza federal de recursos, estabilidad institucional y una estrategia internacional consistente”, explicó.

El informe propone como próximos pasos acelerar las aprobaciones en evaluación, priorizando proyectos de cobre y de infraestructura energética. También recomienda fomentar encadenamientos locales, especialmente en procesamiento de litio y manufactura asociada, para aumentar el valor agregado nacional y evitar exportar únicamente materia prima.

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Otro punto clave es el fortalecimiento de los mecanismos de trazabilidad, licenciamiento social y permisos ambientales, tanto en el ámbito nacional como provincial. Además, se sugiere resolver los cuellos de botella logísticos —ductos, puertos y redes eléctricas— mediante esquemas de project finance que faciliten la participación del capital privado.

El RIGI se perfila así como el instrumento central para reactivar la inversión productiva en Argentina, con impacto directo en el empleo, las exportaciones y la integración de la Patagonia en el mapa global de recursos energéticos y minerales.

Fuente: NA.