Una de las principales textiles del país sigue paralizada y crece la incertidumbre entre 300 trabajadores

La crisis de Algodonera Avellaneda (AA), una de las principales industrias textiles del norte santafesino, entró en una fase crítica. La planta, ubicada en el Parque Industrial de Reconquista, continuará sin actividad hasta el mes próximo, según confirmó la empresa ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. La medida afecta directamente a unos 300 empleados, quienes cobraron solo la mitad de su última quincena y permanecen en la incertidumbre ante la falta de definiciones sobre el futuro productivo.

El secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), Juan Carlos Bandeo, explicó que “hace un mes completo que en la algodonera no se produce nada” y que los trabajadores no tienen información sobre cuándo percibirán el resto de sus haberes. “Ellos anunciaron que se van a hacer cargo de los salarios, pero si no se trabaja no se produce, y si no se produce no se vende. ¿De dónde van a sacar fondos?”, planteó el dirigente, quien confirmó una movilización sindical para los próximos días en reclamo de respuestas.

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La decisión de suspender temporalmente las tareas fue comunicada por escrito a las autoridades laborales. El documento, firmado por el apoderado legal de la firma, Héctor Luis Vizcay, menciona “la grave crisis que afronta la empresa y el mercado textil en el país” y aclara que el personal queda eximido de asistir al trabajo, pero percibirá los haberes correspondientes. Sin embargo, el cumplimiento de esa promesa se mantiene bajo duda entre los empleados.

No es la primera vez que la fábrica detiene sus operaciones. Entre fines de septiembre y comienzos de octubre la producción ya había estado paralizada, y el nuevo período de inactividad se extenderá hasta noviembre. La Empresa Provincial de la Energía (EPE) reclama una deuda que supera los 1.900 millones de pesos, lo que agravó la situación financiera. En paralelo, la compañía continúa dentro del concurso preventivo de acreedores, con un pasivo que ronda los 70.000 millones de pesos.

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El Juzgado Civil y Comercial de Reconquista, a cargo del juez Fabián Lorenzini, dictó una resolución reciente para evitar cortes de energía y garantizar la seguridad de las instalaciones industriales. En su decisión, ordenó que cualquier medida de reducción del suministro eléctrico debe coordinarse previamente con la empresa y notificarse en el expediente concursal, con informes conjuntos de seguridad.

El conflicto con los trabajadores se intensificó después de que el gremio denunciara un “lockout patronal”, es decir, un cierre unilateral e ilegal de la planta. La AOT pidió al Ministerio de Trabajo provincial que convoque a una audiencia para analizar la situación, considerando que la empresa “cerró las puertas de forma arbitraria, sin cumplir los pasos legales”, según el comunicado firmado por Bandeo.

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Fuentes del Ministerio de Trabajo de Santa Fe, encabezado por Roald Báscolo, admitieron que el contexto del sector textil “es el peor de los últimos años”. Señalaron que la caída del mercado interno, la apertura de importaciones y el aumento del contrabando afectaron a todas las fábricas, pero en el caso de Algodonera Avellaneda la situación se agravó por la falta de materia prima y capital de trabajo.

Según trascendió, los directivos estarían evaluando un plan de reestructuración que incluye la venta de inmuebles, el pago parcial a las empresas proveedoras de energía y la posibilidad de continuar con trabajo a fasón, produciendo para terceros. Sin embargo, la falta de confirmaciones oficiales mantiene el clima de tensión entre los operarios y sus familias, que temen por la continuidad laboral.

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A pesar de los intentos, ningún integrante del directorio de Algodonera Avellaneda ni su apoderado legal respondieron consultas sobre el futuro de la planta. Mientras tanto, los trabajadores continúan en estado de alerta y el gremio insiste en que “sin producción no hay salida posible”, reclamando al Gobierno provincial que intervenga para garantizar la estabilidad del empleo en la región.

Fuente: LA NACION.