
La docente entrerriana que carga el peso de su pasión y sueña con volver al Mundial
Actualidad12/10/2025
REDACCIÓN
Entre fórmulas, pizarrones y barras de acero, Fátima Ruiz Díaz encontró una forma de vida. Su historia transcurre entre el aula y el gimnasio, entre el ruido de la tiza y el sonido del metal. Nació en Entre Ríos, enseña matemática, estudia para recibirse de profesora y es una de las atletas más destacadas del powerlifting argentino.


“El power me descubrió a mí”, dice con una sonrisa serena, consciente de que el deporte la eligió en un momento inesperado. Ocho años atrás, su entrenador la desafió a probar un levantamiento. No sabía entonces que esa prueba cambiaría su rutina para siempre. Desde entonces, entrena todos los días con una determinación que impresiona a quienes la conocen.
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Cada jornada de Fátima comienza a las ocho de la mañana y termina pasada la medianoche. Enseña en una escuela pública, asiste al profesorado y, en su tiempo libre, entrena en el gimnasio. Allí, sola frente a la barra, encuentra la misma concentración que en el aula. “Entrenar fuerza máxima es exigente, pero me da equilibrio mental”, afirma.
Hoy, a los 50 años recién cumplidos, su fuerza alcanza cifras que parecen irreales: 146 kilos en peso muerto, 115 en sentadilla y 67,5 en press de banca. En conjunto, levanta 322,5 kilos, más de seis veces su propio peso. Compite en las categorías Open y Master III, y lleva tres campeonatos nacionales consecutivos.
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Su objetivo inmediato es el Mundial de Powerlifting que se disputará en Corrientes del 13 al 16 de noviembre. En 2023 fue campeona en Brasil, pero no pudo viajar al torneo siguiente por falta de recursos. “Esta vez quiero estar. No voy a rendirme por dinero ni por dolor”, afirma, recordando la lesión que la obligó a reducir los entrenamientos durante semanas.
El esfuerzo económico es parte del desafío cotidiano. Cobra un sueldo docente que no cubre sus gastos, no tiene patrocinadores y acumula deudas de torneos anteriores. “Me sobran 140 mil pesos por mes para comer y sigo pagando créditos. Pero sigo entrenando igual”, cuenta con una sinceridad que mezcla orgullo y cansancio.
Su entrenador la acompaña sin cobrarle y su entorno la apoya con donaciones que recibe en el alias Copa.Mundial.FRD. Fátima no pide compasión, solo visibilidad. “Hay deportes que casi nadie ve, pero que también representan al país”, señala. “El esfuerzo de los deportistas amateurs merece ser reconocido.”
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En el aula, sus alumnos la llaman “la seño más fuerte del país”. Ella se ríe y les muestra que la fuerza también se enseña. “Creo que soy buena docente porque el deporte me dio disciplina y sentido común. Si quiero algo, lo trabajo hasta conseguirlo”, reflexiona. En su mirada se mezclan la ternura del aula y la firmeza del gimnasio.
Fátima Ruiz Díaz levanta pesas y levanta historias, esperanzas y sueños. Entre pizarrones y barras, entre sumas y récords, construye un ejemplo de coraje cotidiano. “Mientras tenga fuerza, voy a seguir”, dice. Y su voz suena tan firme como el acero que sostiene cada noche.
Fuente: Diario Clarín

















