Marcelo Gallardo, duro consigo mismo tras la cuarta derrota de River Plate

River volvió a tropezar y la paciencia empieza a agotarse. Esta vez, fue derrota 1 a 0 ante Sarmiento de Junín, en el estadio Monumental. La caída dejó una sensación pesada en el aire, con un equipo sin respuestas y un entrenador expuesto.

Marcelo Gallardo enfrentó la conferencia de prensa con un tono sereno pero introspectivo. No buscó excusas ni culpables externos, y eligió ir al hueso del problema. "Uno no puede vivir del pasado", fue una de sus frases más directas.

El mal momento se refleja en los números: cuatro derrotas consecutivas y seis en los últimos siete encuentros. River se cayó en la tabla y ahora peligra incluso su lugar en la próxima Copa Libertadores. El hincha lo percibe y lo hizo saber con insultos tras el pitazo final.

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Lejos de hablar sobre el juego, Gallardo se enfocó en el estado anímico del equipo y en su propia postura ante la situación. "Tengo que asumir la responsabilidad de estos malos resultados y seguir intentando", expresó con claridad. También reconoció que el impacto de cada derrota se hace cada vez más fuerte.

El DT no evitó los cuestionamientos sobre su continuidad. Con experiencia y carácter, contestó con firmeza: "Tengo muchísima viveza como para tener argumentos. No nací ganando siempre." La frase resonó como una defensa de su ciclo, pero también como una advertencia a quienes lo dan por vencido.

Armani quedó en el centro de las críticas por su error en el gol de Morales, pero Gallardo no lo expuso directamente. Solo deslizó que "los goles que recibimos se podrían haber evitado". El mensaje fue más general: todos tienen que hacerse cargo.

El futuro inmediato es exigente y no da lugar a relajarse. Talleres, Gimnasia, Independiente Rivadavia por Copa Argentina y el clásico ante Boca en La Bombonera arman un combo determinante. "Tenemos que hacer muchos méritos, pero los objetivos siguen estando ahí", remarcó.

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La conferencia también dejó momentos de conexión con el hincha. Gallardo dijo entender el enojo de la gente y fue claro al afirmar: "No hay forma de hacerles ningún reproche." También pidió que se entienda que este tipo de momentos pueden suceder.

Sobre su vínculo con el club, fue contundente: "No vengo a vivir del pasado quedándome en mi casa." Esa frase marcó su postura frente a los rumores de una posible salida. No se rinde, aunque la presión aumente.

"No queda otra que seguir", concluyó Gallardo, consciente de que el tiempo apremia. Mientras tanto, los hinchas esperan que el equipo recupere su identidad. Y el Muñeco, que todavía tiene crédito, sabe que la próxima derrota puede cambiar todo.