
Escándalo en Esquel: anulan una condena porque un juez usó ChatGPT para redactar la sentencia
Policiales16/10/2025
Sergio Bustos
La Justicia de Chubut quedó en el centro de una tormenta. La Cámara Penal de Esquel anuló una condena y ordenó investigar a un juez que usó inteligencia artificial para redactar parte de una sentencia. Se trata de la primera vez que un tribunal de la provincia toma una medida de este tipo.


El fallo, conocido este miércoles, dejó sin efecto la condena dictada el 4 de junio por el juez penal Carlos Rogelio Richeri, quien había impuesto dos años y seis meses de prisión efectiva a Raúl Amelio Payalef. Los camaristas detectaron en el texto original una frase reveladora: “Aquí tienes el punto IV reeditado, sin citas y listo para copiar y pegar.”
Esa expresión, típica de un chatbot como ChatGPT, fue considerada una prueba directa de que el magistrado delegó parte de su tarea en una herramienta de IA generativa. Los jueces Carina Estefanía, Martín Zacchino y Hernán Dal Verme advirtieron que esta práctica “abre una brecha demasiado amplia para determinar cuánto texto es atribuible a la IA y cuánto al juez.”
Para la Cámara, el uso de IA en este contexto viola el principio del juez natural y la prohibición de transferir decisiones judiciales a sistemas automáticos. La falta de trazabilidad del razonamiento, al no dejar constancia de la intervención tecnológica, equivale a una sentencia inmotivada.
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También remarcaron que el magistrado omitió ejercer el control humano obligatorio al suscribir una resolución con fragmentos generados por IA. Esa omisión impide conocer qué parte del fallo fue elaborada por el juez y cuál por la máquina.
La Cámara Penal advirtió además que el juez podría haber vulnerado normas de confidencialidad, al incluir en la plataforma digital nombres de partes, testigos y peritos. Esto contraviene el Acuerdo Plenario N° 5435 del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, que exige recaudos estrictos en el manejo de información sensible.
Por estas razones, los camaristas anularon la sentencia y remitieron las actuaciones al Superior Tribunal para que investigue el alcance de la falta ética. El juicio deberá repetirse ante otro magistrado y la conducta del juez Richeri quedará bajo revisión.
Este caso se suma a otros episodios recientes que pusieron en tensión el uso de IA en el ámbito legal argentino. En General Roca, Río Negro, la Cámara Civil detectó 26 fallos inexistentes en recursos presentados por abogados. Ambos profesionales habían incorporado jurisprudencia generada por IA sin verificarla, y el tribunal anuló su intervención y giró el expediente al tribunal de ética.
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Otro antecedente ocurrió en Morón, provincia de Buenos Aires, donde un abogado citó un supuesto “Fallo Barrios” que nunca existió. La Cámara Civil declaró desierto el recurso y obligó a la parte a pagar las costas. En ese caso, también se probó que la IA inventó precedentes jurídicos.
Estos episodios marcan una tendencia creciente. La inteligencia artificial se volvió una herramienta habitual en estudios jurídicos y juzgados, pero su uso sin control genera errores graves. Tribunales de distintas jurisdicciones comenzaron a emitir resoluciones para dejar claros los límites éticos y procesales.
“El uso incorrecto de la IA tuvo consecuencias graves en el proceso”, concluyeron los camaristas de Esquel. El caso abre un debate urgente sobre el rol de la tecnología en la administración de justicia y la responsabilidad de quienes la utilizan.
















