Uruguay se convierte en el primer país del Cono Sur en legalizar la eutanasia

Uruguay aprobó la legalización de la eutanasia en una histórica sesión del Senado que se extendió por más de diez horas. La norma, denominada Ley de Muerte Digna, garantiza el derecho de los pacientes mayores de edad y psíquicamente aptos a “transcurrir dignamente el proceso de morir”, siempre que padezcan enfermedades incurables, irreversibles o sufrimientos que les resulten insoportables.

El proyecto recibió el respaldo mayoritario del oficialismo y de parte de la oposición, en una votación que consagró a Uruguay como el primer país del Cono Sur en legalizar la eutanasia. Los senadores del Frente Amplio votaron a favor de manera unánime, al igual que varios representantes del Partido Colorado y del Partido Nacional.

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La nueva ley reconoce el derecho a solicitar la eutanasia a ciudadanos uruguayos y extranjeros con residencia habitual en el país. Según el texto aprobado, la aplicación del procedimiento requerirá la intervención de profesionales médicos bajo protocolos éticos y sanitarios precisos, con consentimiento informado y garantías de supervisión.

El ministro de Salud Pública tendrá un rol central en la reglamentación del sistema, que deberá definirse en un plazo máximo de 180 días. Una vez reglamentada, comenzará otro período de 90 días para conformar la Comisión Honoraria de Revisión, encargada de evaluar los casos y monitorear la aplicación de la ley.

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Esa comisión estará integrada por representantes del Ministerio de Salud Pública, el Colegio Médico del Uruguay, la Universidad de la República y la Institución Nacional de Derechos Humanos. Entre sus funciones se incluye la elaboración de informes anuales dirigidos al Parlamento y al Poder Ejecutivo.

Durante el debate, los legisladores resaltaron el carácter histórico de la votación y la importancia de garantizar una muerte digna como parte de los derechos humanos. Los discursos destacaron la autonomía individual, el acompañamiento médico y la responsabilidad del Estado en la regulación de este tipo de prácticas.

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La aprobación de la ley fue seguida con atención por organizaciones de derechos humanos, profesionales de la salud y sectores religiosos, que mantuvieron posturas divergentes sobre los alcances éticos y morales de la medida. Mientras grupos laicos celebraron el avance, representantes eclesiásticos manifestaron su preocupación por el impacto en la valoración de la vida.

Con esta decisión, Uruguay se suma a un grupo reducido de países que permiten la eutanasia bajo marcos legales regulados, entre ellos Países Bajos, Bélgica, Canadá, España y Colombia. En América Latina, el caso uruguayo marca un antecedente significativo en materia de legislación sobre el final de la vida.

Fuente: NA.