Rumor de cierre en miradores icónicos de Península Valdés genera alarma turística

La versión sobre el eventual cierre de los miradores de La Boca de la Caleta y La Pingüinera, ubicados en el Área Natural Protegida Península Valdés, desató inquietud entre guías, operadores y prestadores turísticos. Estos puntos de observación son considerados estratégicos para contemplar la fauna marina y el paisaje costero sin interferir con el entorno natural.

Según trascendió a través de fuentes confiables, el propietario del campo donde se encuentran los miradores, identificado como Ferro, habría iniciado conversaciones con el Ministerio de Turismo provincial para avanzar con esta medida. La información se difundió de manera informal, pero el rumor tomó fuerza en las últimas horas y generó reacciones inmediatas en el sector.

En una nota formal dirigida al Ministerio, Jorge Pineau, presidente de una entidad turística local, pidió información oficial para aclarar la situación. “Queremos conocer la veracidad de este rumor y, en caso de ser cierto, entender las razones que motivarían el cierre”, expresó en el documento.

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Pineau resaltó que los miradores de Caleta Valdés son una parada esencial dentro de los recorridos que realizan las agencias. La ubicación privilegiada de La Boca y La Pingüinera permite observar lobos marinos, elefantes, pingüinos y aves costeras desde una distancia adecuada, garantizando una experiencia única para los visitantes sin alterar el comportamiento de la fauna.

La posible decisión impactaría de manera directa en la oferta turística de la región, que en los últimos años ya sufrió la pérdida de lugares emblemáticos como Punta Delgada y La Corona. Estos espacios eran visitados por miles de turistas cada temporada y su cierre redujo las alternativas para quienes llegan a Península Valdés en busca de naturaleza en estado puro.

“Nos preocupa profundamente que cada vez tengamos menos sitios para mostrar al visitante”, advirtió Pineau, quien también solicitó considerar la reapertura de Punta Delgada como una medida concreta para recuperar atractivo turístico en la zona.

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La incertidumbre se instaló en un momento clave de la temporada alta, cuando operadores de excursiones, guías y empresas receptivas dependen del flujo constante de visitantes para sostener su actividad económica. Cualquier restricción sobre los miradores podría alterar los circuitos ya consolidados y obligar a modificar itinerarios con poca anticipación.

En Caleta Valdés, la observación de fauna es uno de los principales atractivos. Los miradores permiten ver espectaculares escenas naturales en uno de los paisajes más impactantes de la Patagonia. Por eso, el rumor encendió todas las alarmas en el ámbito turístico y ambiental.

La nota enviada al Ministerio de Turismo, encabezado por Diego Lapenna, solicita una respuesta clara y urgente para disipar versiones y definir una postura oficial. Hasta el momento, no se emitieron comunicados ni aclaraciones públicas sobre el tema.

Mientras tanto, los actores turísticos aguardan con preocupación cualquier novedad. Coinciden en que la continuidad de estos miradores es fundamental para mantener a Península Valdés como uno de los destinos de naturaleza más reconocidos a nivel internacional. Cualquier reducción de accesos significaría un retroceso para la experiencia de quienes llegan desde distintos puntos del país y del exterior.