Superávit fiscal de $309.623 millones en septiembre: ¿Cómo impacta en la economía argentina?

El Sector Público Nacional (SPN) cerró septiembre con un superávit financiero de $309.623 millones, según los datos brindados por el Ministerio de Economía. Este resultado se basa en un superávit primario de $696.965 millones, aunque se vio reducido después del pago de intereses de la deuda pública, que alcanzó los $387.342 millones.

Con este saldo positivo, el Gobierno mantiene su ancla fiscal por noveno mes consecutivo. El superávit financiero representa el 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el superávit primario se ubica en 1,3% del PIB. Este resultado se considera un respaldo a la política fiscal implementada por la administración actual, que busca mantener el orden en las cuentas públicas a pesar de la presión externa.

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Los ingresos totales del SPN fueron de $11.634.621 millones, lo que representa un aumento del 29,9% respecto al mismo mes de 2024. Sin embargo, los gastos del sector público también crecieron, alcanzando $10.937.656 millones, lo que implicó una suba del 31,8% interanual.

En cuanto a las transferencias corrientes, estas se elevaron a $3.739.606 millones, un incremento del 18,4% en comparación con septiembre del año pasado. En particular, las transferencias al sector privado subieron un 18,4%, mientras que las del sector público aumentaron un 23,1%.

Un dato relevante fue el incremento en los subsidios económicos, que alcanzaron los $969.818 millones, con un aumento del 36,2% respecto al mismo mes de 2024. Los subsidios energéticos crecieron un 36,5%, y los destinados al transporte subieron un 46,4% interanual.

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En medio de este panorama, el ministro de Economía Luis Caputo defendió la política fiscal del Gobierno, señalando que “frente a los intentos de romper el equilibrio fiscal, el Gobierno continuará garantizando el orden en las cuentas públicas”.

Según Caputo, esta estabilidad es "una condición necesaria para mejorar la calidad de vida de los argentinos", al tiempo que resaltó los esfuerzos por bajar la inflación y reducir la presión tributaria, logrando una baja de impuestos del 2,5% del PIB desde el inicio de la gestión.

El Gobierno sigue apostando al orden fiscal como pilar fundamental para el crecimiento económico, a pesar de las dificultades que plantea el contexto global y las tensiones internas.

Fuente: Cronista