Productores en alerta: un proyecto bonaerense busca frenar la degradación de los suelos

Política18/10/2025

Cuidado del suelo.

La discusión sobre el cuidado del suelo entró de lleno en la agenda agropecuaria bonaerense. El Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Buenos Aires (CIAFBA) presentó un anteproyecto de ley que busca establecer criterios técnicos para preservar un recurso que muestra señales alarmantes de deterioro. La propuesta generó debate en el sector y reacciones de algunos dirigentes rurales, que la interpretaron como un ataque al derecho a la propiedad privada.

“El suelo es un recurso natural y como tal está sujeto a regulación y protección por parte de las provincias. Lo dicen la Constitución Nacional y la de Buenos Aires”, explicó Guillermo Studdert, ingeniero agrónomo y uno de los autores del texto. Durante 44 años trabajó en la Unidad Integrada Balcarce (INTA – Universidad de Mar del Plata) y hoy impulsa esta iniciativa desde el CIAFBA.

El diagnóstico es contundente. La erosión avanza en distintos puntos de la provincia, tanto en zonas áridas del oeste y sur —donde los suelos sueltos se vuelan con facilidad— como en regiones onduladas con lluvias intensas, donde el agua arrastra materia fértil. Las cárcavas, los surcos y las nubes de polvo son visibles a simple vista en muchos campos bonaerenses. A eso se suma la pérdida constante de materia orgánica, un indicador clave de la salud del suelo.

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Estudios del INTA Balcarce muestran que la materia orgánica disminuye año tras año, reduciendo la capacidad del suelo para resistir la erosión y sostener rendimientos. También advierten sobre el retiro masivo de nutrientes a través de la exportación de granos y la aplicación intensiva de riegos inadecuados, que en varios casos está generando sodificación y afectando la dinámica del agua en el perfil.

El proyecto propone dividir la provincia en distritos y definir áreas críticas según su nivel de degradación o vulnerabilidad. En esas zonas, los productores deberán presentar planes de uso y manejo elaborados por profesionales, que contemplen prácticas adecuadas para prevenir o revertir daños. “No se trata de imponer qué sembrar ni cómo, sino de evaluar propuestas agronómicas para evitar que el deterioro siga avanzando”, señaló Studdert.

La autoridad de aplicación sería el Ministerio de Desarrollo Agrario, lo que encendió suspicacias políticas. “Es ridículo pensar que esto es un plan de control político. Es la cartera que corresponde por competencia”, aclaró el ingeniero. Además, está prevista la participación de instituciones locales y provinciales en mesas de seguimiento, con un esquema similar al de los consejos asesores del INTA.

Quienes cumplan con los planes podrían acceder a beneficios impositivos vinculados a Ingresos Brutos y al Impuesto al Sello. En cambio, quienes los incumplan enfrentarán sanciones. El objetivo no es castigar, dicen sus impulsores, sino promover prácticas responsables en zonas frágiles.

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La iniciativa surge en un contexto donde durante décadas se pudo sembrar soja sobre soja sin mayores exigencias legales. Argentina no tiene leyes que establezcan pautas mínimas de conservación más allá de normas generales. “En realidad, no debería hacer falta una ley. El sentido común debería alcanzarnos para cuidar el suelo. Pero como no sucede, es necesaria una regulación que ordene”, reflexionó Studdert.

El anteproyecto retoma ideas de una ley nacional de conservación de suelos de los años 80 y de un texto presentado en 2019 que perdió estado parlamentario. Ahora busca abrir un debate legislativo serio, con aportes de distintos sectores. “Nadie tiene la verdad absoluta. Queremos discutir, proponer y mejorar. Lo importante es que el tema esté en la mesa”, afirmó.

Lejos de promover una reforma agraria o limitar la propiedad, la propuesta apunta a garantizar la sustentabilidad productiva a largo plazo. “El que hace las cosas bien no tendrá ningún problema. El que no, tendrá que planificar. Es así de simple”, concluyó Studdert.