
Crecen los casos de coqueluche en Argentina y piden reforzar la vacunación infantil y adulta
Actualidad21/10/2025
REDACCIÓN
Desde julio, Ushuaia enfrenta una situación crítica con transmisión comunitaria y la activación de operativos de bloqueo, vacunación acelerada y seguimiento de más de 700 contactos estrechos. Las autoridades nacionales enviaron tratamientos antibióticos y 300 dosis de vacuna séxtuple, mientras equipos sanitarios locales aplican esquemas de inmunización temprana desde las seis semanas de vida.


La coqueluche o tos convulsa es una enfermedad respiratoria aguda causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se transmite por gotas respiratorias y puede afectar a todas las edades, aunque los cuadros más graves se registran en lactantes menores de dos meses. Según explicó la infectóloga Elena Obieta, “es una enfermedad especialmente grave en la primera infancia, pero también puede afectar a los adultos, que muchas veces no saben que están transmitiendo la bacteria”.
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Por su parte, el infectólogo Ricardo Tejeiro señaló que la única forma efectiva de prevenirla es la vacunación. “La vacuna se aplica a los dos, cuatro y seis meses, con refuerzos a los 18 meses, al ingreso escolar y a los 11 años. Cuando la cobertura cae por debajo del 80%, los brotes se vuelven inevitables”, advirtió.
El Boletín Epidemiológico Nacional indicó que entre las semanas 1 y 41 de 2025 se confirmaron 333 casos de coqueluche, casi el doble que en el mismo período del año anterior. Las jurisdicciones con mayor número de contagios son Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Salta, Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego. En esta última, la incidencia llegó a 23,6 casos cada 100 mil habitantes, quince veces más que el promedio nacional.
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Pese a que Tierra del Fuego alcanzó el 100% de cobertura en las tres primeras dosis para recién nacidos y embarazadas, la vacunación desciende al 69% en la dosis de los cinco años y al 70,5% en la de los 11 años, etapas cruciales para sostener la inmunidad colectiva. A nivel nacional, los porcentajes también son bajos: 84,7% para la primera dosis, 83,5% para la segunda y 78,8% para la tercera.
El brote fueguino se originó principalmente en establecimientos educativos, por lo que se reforzó la vacunación entre docentes y personal sanitario que trabaja con menores de un año. También se realizaron charlas informativas y operativos de detección precoz en jardines y centros de salud.
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Los síntomas suelen confundirse con los de un resfrío común: tos persistente, congestión nasal y fiebre baja. Sin embargo, la tos de la coqueluche se vuelve violenta, convulsiva y prolongada, y en los bebés puede causar apneas, neumonías o convulsiones. Los especialistas recomiendan la consulta temprana ante episodios de tos persistente o dificultad para respirar.
Según el Ministerio de Salud, la tasa de notificación actual es menor que en 2019 o 2022, aunque el aumento reciente obliga a mantener la vigilancia epidemiológica activa. El seguimiento de contactos, la profilaxis post exposición y la distribución de antibióticos ayudaron a frenar parcialmente la propagación en Tierra del Fuego, pero las autoridades alertan sobre posibles nuevos focos si no se completan los esquemas vacunales.
El Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac) advierte que varias provincias presentan coberturas “insuficientes para prevenir la reemergencia de enfermedades inmunoprevenibles”. Por ello, las próximas campañas nacionales se enfocarán en bebés, niños en edad escolar, embarazadas y personal de salud, grupos clave para interrumpir la transmisión.
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Obieta subrayó que el brote argentino “se enmarca en una tendencia regional”, ya que Estados Unidos, México, Perú, Colombia y Ecuador también reportan incrementos de casos. “La coqueluche no desapareció: cada tanto vuelve cuando la vacunación cae o cuando hay relajación en los controles”, sostuvo la especialista.
El Ministerio de Salud confirmó que enviará un nuevo equipo técnico a Ushuaia para reforzar las medidas de control y monitorear el esquema acelerado de vacunación. Además, se reiteró la recomendación de aplicar la dosis para embarazadas a partir de la semana 20, que protege tanto a la madre como al recién nacido.
Los expertos coinciden en que la clave es no subestimar los cuadros de tos prolongada, garantizar la aplicación de refuerzos y mantener la inmunización infantil. “La prevención es el único camino para evitar muertes en bebés pequeños”, concluyó Tejeiro.
Fuente: Infobae


















