El Gobierno elimina el tren Buenos Aires–Bahía Blanca y deja a miles de pasajeros sin conexión

El Gobierno nacional oficializó la eliminación del tren de pasajeros que unía Bahía Blanca con la Ciudad de Buenos Aires. La decisión, tomada en el marco de la Emergencia Ferroviaria decretada en 2024, pone fin a un servicio histórico que ya estaba suspendido desde 2023 y que era vital para miles de personas del sur bonaerense.

La medida forma parte del ajuste estructural aplicado sobre Trenes Argentinos, donde ya se dieron de baja 12 servicios de media y larga distancia. En este caso, la estación Bahía Blanca Sud será clausurada y quedará bajo custodia de la Policía Federal, mientras las vías seguirán operativas para el transporte de carga.

El impacto se siente más allá de la ciudad. Varios pueblos del interior pierden su única conexión directa con la Capital Federal. Familias, estudiantes y trabajadores que usaban el tren por su bajo costo quedarán sin alternativa accesible.

Desde la Unión Ferroviaria, el secretario general Gustavo Ruiz Díaz cuestionó con dureza la decisión. “Era un servicio muy importante para la ciudad. El último tren tardó más de 20 horas, algo insostenible, pero la solución no era cerrarlo, sino mejorarlo”, sostuvo en diálogo con LU2 Radio Bahía Blanca.

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El gremialista explicó que el problema no radicaba en la falta de pasajeros, sino en el deterioro de la infraestructura y la falta de inversión. “Un servicio rentable es aquel que tarda 8 o 10 horas, no uno que se abandona hasta volverlo inviable”, subrayó.

La preocupación también alcanza a los trabajadores ferroviarios. “Detrás del cierre hay familias que quedan sin sustento. Es otro golpe a una empresa pública que fue orgullo nacional”, advirtió Ruiz Díaz.

En Bahía Blanca, la noticia cayó como un balde de agua fría. El municipio y organizaciones vecinales expresaron su malestar y convocaron a una movilización frente a la estación Sud, declarada patrimonio histórico. Vecinos y estudiantes reclamaron la restitución del servicio y una política de transporte que contemple al interior.

“Nos están dejando aislados. El tren no es un lujo, es una necesidad”, dijo una vecina que usaba el servicio para viajar a la universidad. En redes sociales, cientos de usuarios compartieron mensajes con la etiqueta #VuelveElTren, recordando los años en que el viaje a Constitución era una costumbre cotidiana.

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El contexto agrava el descontento. Bahía Blanca aún intenta recuperarse del temporal devastador de marzo, que dejó víctimas, destrozos y una reconstrucción a medio camino. El Gobierno ya había recortado a la mitad los fondos destinados a la obra pública local y hasta cobró los puentes de emergencia instalados por el Ejército.

El cierre del tren se suma así a una serie de medidas que alimentan el sentimiento de abandono en la región. Para los gremios y sectores sociales, la eliminación del servicio simboliza el retroceso del Estado en su función más básica: conectar territorios.

Ruiz Díaz descartó la posibilidad de privatización. “Las vías están concesionadas a FerroExpreso y Ferrosur, empresas de carga. No creo que quieran invertir en un tren de pasajeros, porque su negocio no es la gente, es la mercadería”, explicó.

Con la estación cerrada y los vagones detenidos, Bahía Blanca pierde algo más que un medio de transporte: pierde un símbolo de identidad. El tren fue durante décadas el vínculo que unía al sur bonaerense con el resto del país, una línea que hoy se corta en silencio.

“Esto no es una cuestión económica. Es una decisión política que borra la presencia del Estado en los pueblos”, resumió el dirigente ferroviario.