Alexander Bublik venció a De Miñaur y jugará su primera semifinal de Masters 1000 en París

El kazajo Alexander Bublik, actual número 16 del mundo, protagonizó una jornada histórica en el Masters 1000 de París al derrotar al australiano Alex de Miñaur (6°) por 6-7 (5), 6-4 y 7-5, en un partido vibrante que se extendió por más de dos horas y dejó puntos de altísimo nivel. Con este resultado, el tenista de 27 años accedió por primera vez a las semifinales de un torneo Masters 1000, consolidando una de las mejores temporadas de su carrera.

El encuentro comenzó favorable al australiano, que impuso su velocidad, precisión y consistencia desde el fondo de la cancha, llevándose el primer set en un ajustado tiebreak por 7-6 (5). Sin embargo, Bublik reaccionó con su estilo habitual: arriesgado, creativo y con golpes imprevisibles, logrando quiebres clave en el segundo set para empatar el marcador y recuperar el dominio del juego.

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En el set decisivo, el kazajo mantuvo la agresividad y la confianza, desplegando una serie de aces y dejadas que descolocaron a De Miñaur. Con el marcador igualado 5-5, consiguió un quiebre decisivo y cerró el partido con autoridad, desatando una ovación del público parisino que celebró su atrevimiento y su talento.

La victoria tiene un valor especial para Bublik, quien acumula 15 triunfos ante jugadores del Top Ten y se acerca a los puestos que otorgan clasificación directa al ATP Finals de Turín, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas del año. Su próximo desafío será ante el canadiense Félix Auger-Aliassime, que también alcanzó las semifinales tras vencer a Valentin Vacherot.

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El kazajo atraviesa un año consagratorio, con títulos en Halle, Gstaad, Kitzbuhel y Hangzhou, que lo posicionaron como uno de los jugadores más espectaculares y efectivos del circuito. Su estilo, basado en la variedad de recursos, la potencia del servicio y la improvisación constante, le permitió escalar en el ranking y ganarse el reconocimiento del público por su propuesta audaz.

Con este triunfo, Bublik no solo marca un hito personal sino que confirma su presencia entre los grandes protagonistas del circuito 2025, consolidando una madurez deportiva que lo proyecta hacia la élite del tenis mundial. París puede ser el escenario donde su temporada perfecta encuentre el broche de oro que lleva buscando todo el año.