De lustrabotas y marinero a constructor: la historia del “Gallego” Maggiori y su impulso en Sierra Grande

Daniel Maggiori, conocido en toda la costa patagónica como “el Gallego”, repasó su historia en diálogo con El Quinto Poder por #LA17, una historia que resume las vueltas del trabajo y el empuje de quienes nunca se rinden. Oriundo de Sierra Grande, vivió en Puerto Madryn, fue marinero desde los 16 años y hoy dirige una pyme constructora que participa de los nuevos emprendimientos turísticos e industriales en la zona de Punta Colorada y Costa Dorada.

“No somos hoteleros, somos constructores”, aclaró entre risas, al contar que su empresa fue contratada para ejecutar la obra de uno de los primeros hoteles en Costa Dorada, cerca del puerto de Punta Colorada. “Nos eligieron para hacer todo el desarrollo de la obra húmeda y el movimiento de suelo. Es un orgullo enorme que nos tengan en cuenta para trabajos de esta magnitud”, explicó.

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El proyecto se concretó en menos de un año, utilizando paneles estructurales tipo SIP, una técnica constructiva moderna que agiliza los tiempos y reduce costos. “Estas obras muestran que hay otra manera de construir, más rápida y eficiente. En menos de un año se hizo lo que antes llevaba cuatro”, destacó el empresario, que considera que la incorporación de nuevas tecnologías es fundamental para sostener el crecimiento de la región.

El “Gallego” también celebró la llegada de inversiones al litoral rionegrino, vinculadas a la actividad turística y al desarrollo energético en el puerto. “Es muy bueno que el progreso llegue, porque hay trabajo y esperanza. Para nosotros es una oportunidad y un aprendizaje”, expresó.

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Pero su historia no empieza en los planos de ingeniería. “A los 16 años fui marinero. Antes, en Madryn, lustraba zapatos para ayudar en casa”, recordó con emoción. Contó entre risas una anécdota con el recordado “Macho” Domínguez, a quien le lustró los zapatos con pomada equivocada. “Me hizo comprar pomada incolora porque usaba zapatos blancos. Desde ahí aprendí que hay que hacer las cosas bien desde el principio”, contó.

Su paso por la pesca marcó una etapa de sacrificio y pertenencia. “Trabajé muchos años en barcos de Conarpes. La pesca me dio lo que tengo, me enseñó a valorar cada esfuerzo”, señaló. Luego, el cierre de la mina lo llevó a reinventarse. Apostó a quedarse en Sierra Grande, cuando el pueblo se vaciaba. “Fuimos un pueblo fantasma. De 20 mil quedamos 2.500. Ver ahora cómo vuelve la actividad es emocionante”, dijo.

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En ese contexto creó su empresa, El Gallego Construcciones, que hoy combina obra pública y privada y se prepara para abrir una fábrica de premoldeados en el Parque Industrial local. “Empezamos fabricando adoquines artesanales y hoy tenemos las máquinas para producir de alto tránsito. Todo a pulmón, con créditos y con el apoyo de la gente”, contó con orgullo.

Maggiori insiste en que el resurgir de Sierra Grande es fruto de quienes apostaron por quedarse. “La gente está feliz porque volvió el trabajo. Lo que vivimos ahora nos llena de gratitud. No todo es minería o pesca; hay un movimiento integral que devuelve vida al pueblo”, reflexionó.

“Entre Madryn y Sierra Grande hay un lazo muy fuerte. Muchos marineros de allá ayudaban a sostener a sus familias acá. Siempre estuvimos hermanados”, remarcó al cierre, en una charla cargada de memoria, esfuerzo y optimismo.