Estudiantes ganó en Caseros y viaja a Córdoba con ventaja sobre los de Río Cuarto

Estudiantes de Caseros dio un paso firme hacia la final del Reducido de la Primera Nacional al vencer 1-0 a Estudiantes de Río Cuarto en un encuentro reñido y con varios momentos de tensión. En su estadio, el “Pincha” se impuso gracias al gol de Mateo Acosta y ahora viajará a Córdoba con una ventaja que lo deja bien posicionado para la revancha. El triunfo tuvo sabor a desahogo y esperanza para el conjunto bonaerense, que sueña con volver a la máxima categoría.

Desde el inicio, el partido se presentó áspero y con mucho roce. Ambos equipos buscaron imponer presencia en el mediocampo, aunque las constantes infracciones cortaron el ritmo y le dieron un tono ríspido al primer tiempo. Ninguno quiso ceder terreno en un duelo donde la concentración fue tan importante como la precisión.

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El “León del Imperio” fue el primero en avisar con un remate alto de Valentín Fenoglio a los 22 minutos. El conjunto de Otta respondió enseguida con dos oportunidades de pelota parada que pusieron en aprietos a la defensa visitante. Cada envío al área mostraba debilidad en el fondo cordobés, algo que el local intentó aprovechar.

El clima se calentó cuando Acosta marcó, pero el árbitro anuló la jugada por una supuesta mano previa. Minutos después, el visitante reclamó un penal por una acción similar dentro del área rival. La tensión aumentó y el primer tiempo terminó envuelto en discusiones y reclamos cruzados.

En el complemento, el “Pincha” salió decidido a buscar el gol. Lo consiguió rápido: a los siete minutos, Mateo Acosta aprovechó una pelota parada y conectó una definición acrobática ante la salida del arquero. El grito de todo Caseros retumbó como una promesa de revancha y ascenso.

Con la desventaja, Estudiantes de Río Cuarto adelantó sus líneas e intentó lastimar con centros y pelotas detenidas. El conjunto local se replegó con orden y buscó salir de contra. El partido ganó en emoción y se jugó con intensidad hasta el final.

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A los 22 minutos llegó una nueva polémica: la visita empató, pero el árbitro Bruno Amiconi anuló el tanto por mano de Mauro Valiente. La decisión desató la furia del banco cordobés, que protestó con vehemencia. El juez mantuvo su postura y el marcador no volvió a moverse.

Con el correr del tiempo, el juego se volvió más táctico y menos vistoso. Los entrenadores apostaron a los cambios, aunque ninguno logró modificar el resultado. El desgaste físico se notó en ambos planteles, que terminaron el partido con el objetivo de llegar enteros a la revancha.

El triunfo dejó a Estudiantes de Caseros con una sonrisa. Con la ventaja mínima y la confianza en alza, viajará a Córdoba sabiendo que el empate lo deposita en la final. El equipo de Otta demostró solidez, paciencia y carácter en un partido decisivo.

Del otro lado, Estudiantes de Río Cuarto intentará hacer valer su localía y la ventaja deportiva que le otorga el reglamento. Su gente espera una remontada que los devuelva a la pelea por el ascenso. El próximo encuentro promete ser intenso, con dos equipos que no se guardarán nada.