Grassi se queda con Vicentin y promete reactivar la cerealera santafesina

Vicentin tiene nuevo dueño. El juez de Reconquista, Fabián Lorenzini, determinó que la cerealera santafesina Grassi tomará el control de la histórica agroexportadora, que supo facturar más de USD 4.300 millones y llegó al borde de la quiebra.

El magistrado confirmó que Grassi obtuvo las mayorías necesarias en el cramdown, el proceso de salvataje previo a la quiebra donde terceros pueden presentar propuestas para quedarse con la empresa. La decisión abre un plazo de cinco días para eventuales impugnaciones judiciales.

“Ganamos porque la gran mayoría nos apoyó”, afirmó Mariano Grassi, vicepresidente y CEO de la firma. Según la empresa, alcanzaron el 85% del capital y el 65,5% de los acreedores, lo que les permite avanzar con su plan de rescate.

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El proyecto contempla la conversión de los créditos en dólares al tipo de cambio vigente al inicio del concurso y ofrece distintas alternativas de cobro. Los productores podrían recibir soja a lo largo de diez años con un sobreprecio de USD 10 por tonelada.

En el proceso también participó el consorcio de Molinos Agro y Louis Dreyfus Company, que cuestionó los avales de Grassi y presentó impugnaciones. Sin embargo, el juez determinó que la propuesta santafesina fue la primera en cumplir con las condiciones legales.

La definición llega tras más de cinco años de litigios y un intento fallido de expropiación durante el gobierno de Alberto Fernández, que convirtió el caso Vicentin en un símbolo de disputa entre el Estado y el sector privado.

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Grassi anticipó que su prioridad será mantener los mil puestos de trabajo y modernizar las plantas productivas. “Nada se cierra, nadie se va”, aseguró el empresario, que busca devolverle estabilidad a una compañía golpeada por la crisis.

A la par, continúa abierta la causa penal por presunto fraude contra los exdirectivos de Vicentin. La resolución de fondo sobre las responsabilidades judiciales y el futuro financiero de la firma quedará ahora bajo el nuevo esquema de control.

El caso Vicentin marca el final de una etapa de incertidumbre, pero abre un nuevo capítulo sobre cómo una empresa local intentará reconstruir la confianza perdida y volver a ocupar un rol central en la agroindustria argentina.