A más de 100 km de La Bombonera, la camiseta de Russo cayó en un campo uruguayo

A más de 110 kilómetros en línea recta de La Bombonera, una camiseta azul y oro aterrizó en un campo de Cañada Nieto, Soriano, Uruguay. No era una más: era la de Miguel Ángel Russo, la que Boca Juniors había soltado al cielo como homenaje antes del partido contra Belgrano.

El hallazgo lo hizo Agustín Eugui, un productor rural de 29 años que trabaja en la empresa agropecuaria de su familia. Sin saberlo, se topó con un símbolo cargado de emoción para todo el mundo xeneize. “Estaba cortando el pasto con el tractor cuando vi algo que brillaba. Pensé que era un globo de helio y casi paso por arriba. Me bajé, miré bien y vi papelitos azules y amarillos. Ahí encontré la camiseta, entre los pastos, con los globos desinflados”, relató en diálogo con TN.

Al principio no entendía qué tenía entre manos. Le sacó una foto y se la mandó a su novia, que le reveló el valor del hallazgo. “Ella me mandó un video del momento en que lanzan la camiseta en La Bombonera. Ahí me di cuenta de la dimensión de lo que tenía. No lo podía creer. Todos los kilómetros que recorrió volando para caer justo acá… increíble”, contó todavía asombrado.

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Eran las tres de la tarde del lunes cuando Agustín la encontró. Desde ese momento, la guarda “como un tesoro” en su habitación. “No la lavé, está llena de pasto, tal como la encontré. Me emocioné mucho. No podía ni hablar de la emoción. Si lo cuento, nadie me cree”, dijo entre risas, todavía sorprendido por lo que vivió.

Cuando le preguntaron si pensó en venderla, fue categórico: “No se me pasó por la cabeza. Me contacté con un primo que es padrino de la hija de Cavani y me dijo que Eddie la quería, pero por ahora no hay nada confirmado. La tengo guardada, es la realidad.”

Su padre, Julio Eugui, también habló sobre el episodio y dio detalles sobre su hijo. “Agustín estudió Gestión Agropecuaria en Montevideo y trabaja con nosotros. Es muy bajo perfil. Ayer estaba haciendo limpieza con una rotativa en una pradera y se encontró con eso. Fue increíble. Nosotros somos productores agrícolas y ganaderos, y él también usa un dron para trabajos del campo”, explicó.

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En la familia no hay fanáticos de Boca. “Le gusta mucho el fútbol, pero es hincha de Peñarol. No tiene un cuadro argentino en particular, aunque mira mucho fútbol de allá porque en Uruguay se consume mucho”, aclaró Julio.

La historia recorrió rápidamente las redes y emocionó a hinchas de ambos lados del Río de la Plata. En Cañada Nieto, el pequeño pueblo donde cayó la camiseta, muchos se acercaron a conocer al joven que sin proponérselo se convirtió en parte de una historia mágica que cruzó fronteras.

A más de cien kilómetros de donde empezó todo, el homenaje al eterno Miguel Ángel Russo encontró tierra en el corazón de Uruguay. Y también, un nuevo capítulo en la historia sentimental de Boca.