La suba de servicios golpea sin pausa a la clase media y ya supera por lejos la inflación oficial

El impacto tarifario ya no es un dato técnico: es parte del día a día para miles de familias que sienten cómo el sueldo se achica apenas comienza el mes. Desde que Javier Milei llegó al Gobierno, los servicios públicos y los costos esenciales mostraron una escalada que alteró por completo la economía doméstica. Las subas no acompañan la inflación: la superan y, en algunos rubros, la duplican.

El diputado electo Guillermo Michel elaboró un informe que pone en cifras ese malestar. Según sus datos, los aumentos aplicados desde diciembre de 2023 generaron una presión inédita sobre los hogares de ingresos medios. “Los gastos fijos de las familias suben mucho más que la inflación y los salarios”, afirmó al presentar el estudio. Para él, ahí está la respuesta a la sensación extendida de que “el 15 ya es fin de mes”.

El relevamiento exhibe números difíciles de asimilar. Los alquileres crecieron un 547%, mientras electricidad y gas avanzaron 542%, un salto que golpea tanto a propietarios como inquilinos. La situación se agrava con otros rubros que son parte ineludible del presupuesto familiar: transporte público aumentó 482%; telefonía e internet, 330%; combustibles, 308%.

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La combinación genera un efecto inmediato: la clase media destina cada vez más ingresos a gastos que no puede evitar. Los márgenes para consumo, ahorro o mejoras en el hogar desaparecen. Esa dinámica explica el aumento del uso de tarjetas y del financiamiento para cubrir gastos corrientes. El sobreendeudamiento crece mientras el poder adquisitivo cae.

Michel advierte que este fenómeno produce “un círculo que se retroalimenta”. La suba de tarifas empuja a las familias a priorizar servicios esenciales; esa reasignación reduce el consumo, lo que repercute en comercios y pymes. Para el legislador, la economía cotidiana ya muestra señales de fatiga: menos compras, menos actividad y más preocupación por los costos básicos.

El análisis también subraya la desconexión entre los salarios formales y la dinámica tarifaria. Aunque algunos sectores tuvieron mejoras, ninguna paritaria logró seguir el ritmo de los aumentos. La brecha se agranda con el paso de los meses y genera un clima de incertidumbre en los hogares, que ya planifican gastos con mayor cautela.

Ante este escenario, Michel planteó una alternativa para aliviar la presión sin desarmar la recaudación del Estado. Propuso reinstalar la devolución del IVA, una herramienta que —aseguró— “mejora el consumo, formaliza la operatoria y amplía la base tributaria”. La idea forma parte de un esquema tributario que el peronismo trabaja para presentar en conjunto.

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El plan apunta a un sistema más simple, apoyado en tecnología y con mecanismos automáticos que alivien el bolsillo de forma directa. Para Michel, el Estado puede mejorar la recaudación mientras acompaña a los sectores que más sienten la pérdida de ingresos. “No se trata de parches, sino de ordenar un sistema que hoy castiga a quienes pagan sus servicios y sostienen la economía”, afirmó.

Mientras tanto, la escalada tarifaria no afloja. Las actualizaciones programadas para los próximos meses ya generan preocupación en organismos de defensa del consumidor y en asociaciones de inquilinos. Hoy, la principal alarma está en el contraste entre los números que muestra el Gobierno y el costo real de vivir. Aunque la inflación general exhibe una desaceleración, los servicios continúan con su propio ritmo. La brecha entre el índice y lo que paga cada familia se convirtió en la verdadera medida de la crisis.