El Consejo del Salario define un aumento en medio del derrumbe del poder adquisitivo

Este miércoles, el Consejo del Salario vuelve a reunirse con la expectativa de definir una actualización para el salario mínimo vital y móvil, que desde hace más de tres meses se mantiene en $322.200 para jornada completa. El organismo reúne a 32 integrantes con representación equilibrada de trabajadores y empleadores y funciona como espacio clave para discutir montos que luego influyen en programas sociales administrados por la ANSES. Si no hay acuerdo, el Ejecutivo puede fijar el valor por decreto, tal como ocurrió en resoluciones previas.

La convocatoria llega en un momento delicado para el ingreso de los asalariados, ya que el valor actual quedó muy por debajo del costo de vida. Diversas organizaciones, entre ellas la UTEP, las dos CTA y agrupaciones barriales, anunciaron movilizaciones frente a la Secretaría de Trabajo para exigir un ajuste que no quede desfasado frente al precio de alimentos y servicios. Los manifestantes reclaman que el salario mínimo se acerque a la Canasta Básica Total, que hoy asciende a $1.276.649.

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Los trabajadores estiman que un monto razonable debería ubicarse en torno a $720.000, cifra que duplica la actual y que para ellos refleja de manera más fiel el peso que tiene la inflación sobre la economía familiar. El reclamo apunta a recuperar parte del ingreso perdido en los últimos meses y presionar para que la actualización no quede absorbida por nuevas subas en bienes esenciales. La demanda busca un piso que permita sostener gastos básicos sin deterioro constante.

La pérdida del poder de compra del salario mínimo quedó documentada por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (UBA-CONICET), que registró una caída real del 2,3% solo en octubre, acumulando un retroceso del 35% desde noviembre de 2023. Estos datos ubican al salario mínimo argentino en niveles críticos también a nivel internacional: su equivalente de 225 dólares lo posiciona como el más bajo de la región, con amplia distancia respecto de Uruguay, Chile o Costa Rica. El informe advierte que la caída es sostenida y compromete la vida diaria de millones de personas.

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En este escenario, la reunión del Consejo del Salario adquiere un valor central porque no solo debe definir un aumento nominal, sino también plantear un mecanismo que permita recomponer ingresos en un contexto inflacionario persistente. Los gremios sostienen que una actualización efectiva debe reflejar la evolución real de los precios y evitar que el salario mínimo quede nuevamente rezagado en pocas semanas. La expectativa es que el nuevo monto marque un punto de partida más alineado con la vida cotidiana.

El clima previo a la negociación combina urgencia económica, presión social y la necesidad de un acuerdo que dé señales claras al mercado laboral. El resultado de la reunión definirá el rumbo inmediato para millones de trabajadores, beneficiarios de programas sociales y sectores que dependen de este ingreso como referencia en sus actividades. La discusión, por lo tanto, no se reduce a un número: busca recuperar capacidad de compra y sostener un mínimo vital que hoy se encuentra en su momento más delicado.