El beso perdido de Ariana Grande y Jonathan Bailey que reescribió la película de Wicked
Otros Temas26/11/2025
REDACCIÓN
Wicked: For Good
La segunda parte de Wicked: For Good sorprendió a los fans al dejar afuera una secuencia intensa entre Ariana Grande y Jonathan Bailey. La escena, filmada como un beso cargado de emoción, generó debate dentro del equipo creativo y terminó fuera del montaje definitivo.
La guionista Dana Fox explicó que el beso modificaba por completo la lectura del público sobre Glinda y Fiyero. La producción buscó preservar un equilibrio emocional dentro del triángulo con Elphaba y evitar que un gesto tan fuerte inclinara la simpatía hacia un solo lado.
Fox reveló que el momento funcionaba en pantalla y tenía una estética poderosa, aunque provocaba un efecto no deseado. “Era demasiado real que él y Glinda realmente sintieran algo juntos”, afirmó, una frase que encendió las redes y alimentó la curiosidad de los seguidores.
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En el relato de la película, Glinda anuncia un compromiso que sorprende a Fiyero y tensiona el vínculo entre ambos. Mostrar una intensidad romántica mayor habría generado una contradicción entre esa situación y la decisión posterior del personaje, que se inclina por Elphaba.
Para la escritora, un beso tan marcado podía provocar rechazo hacia los tres protagonistas. “Si la audiencia sentía que él realmente amaba a Glinda, nos iba a estallar la cabeza cuando al final no la elija”, sostuvo, convencida de que el recorte favorece la lectura emocional del cierre.
La guionista también señaló que la película mantiene como eje el vínculo entre Glinda y Elphaba, pilar histórico del musical. Ese enfoque pesó al momento de ajustar escenas y ordenar el ritmo de una historia que siempre giró alrededor de esa dupla.
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El vínculo entre Ariana Grande y Cynthia Erivo fuera de cámara agregó una capa emotiva al proyecto. Ambas relataron que se cuidaron mutuamente durante todo el proceso, incluso en jornadas exigentes marcadas por enfermedades previas a números emblemáticos como “Defying Gravity” y “Popular”.
La producción atravesó obstáculos técnicos y decisiones estéticas intensas, especialmente con la transformación de Elphaba. Cynthia Erivo eligió pintura real aplicada con aerógrafo para sostener el tono verde, un trabajo de horas que fijó identidad en cada plano y obligó al equipo a usar una máscara perforada para mantener las pecas del personaje.
El trabajo sobre Glinda también exigió precisión y tiempo, desde la cobertura de tatuajes hasta las pelucas diseñadas para suavizar su imagen. El vestido rosado, confeccionado en más de 225 horas y armado con miles de cuentas, coronó una caracterización que acompañó la visión emocional planteada para la película.
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