Tour de compras termina en emboscada en ruta chilena, 60 argentinos sin sus pertenencias

La madrugada chilena se volvió una trampa para un contingente de unos sesenta argentinos que viajaba hacia Estación Central. El micro había pasado por el Paso Los Libertadores minutos antes y avanzaba por la cuesta Chacabuco cuando dos autos cruzaron frente al vehículo y lo obligaron a reducir la marcha. La escena pareció un control casual, aunque los pasajeros advirtieron el peligro en cuestión de segundos.

Cinco encapuchados armados subieron con violencia y tomaron el control del micro mientras avanzaba por una zona rural sin iluminación. Uno se ubicó al lado del chofer y ordenó continuar a baja velocidad, sin luces y sin detenerse. Los otros recorrieron ambos pisos del vehículo para revisar mochilas, bolsos y prendas donde sospecharon que podía haber dinero o aparatos electrónicos.

“Golpearon al chofer, subieron a la cabina y apuntaron a todos”, contó Tomás, uno de los mendocinos que viajaba entre los asientos del piso superior. El joven relató que una pareja en auto se había acercado minutos antes para advertir sobre una rueda pinchada, lo que relajó al conductor. “Ahí nos rodearon tres autos con personas armadas; la secuencia fue inmediata”, agregó.

El robo siguió en movimiento. “Revisaban todo el micro, sacaban celulares, plata, cosas electrónicas; iban directo a las mochilas”, detalló Tomás. Según su testimonio, la banda actuó con precisión. Cada integrante cubrió una zona del vehículo para evitar que alguien pudiera esconder objetos de valor. El joven logró salvar su teléfono: “Lo escondí abajo del asiento cuando los vi subir y no lo encontraron”.

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El chofer también dio su versión ante la policía chilena. “Una chica me marcó que teníamos un problema con la rueda; cuando bajé, ya nos rodeaban tres vehículos”, dijo. Explicó que la banda actuó con golpes, amenazas y presión constante. “Nos decían que no nos moviéramos, que nos iban a matar; nos apuntaban en la cabeza y en las piernas”, relató con evidente cansancio tras la denuncia en Carabineros.

La violencia no fue el único elemento que sorprendió al grupo argentino. “No tenían acento chileno; parecían venezolanos y colombianos por la forma en que hablaban entre ellos”, indicó el conductor. Esa observación se sumó a otros testimonios que señalaron que la banda se comunicó con códigos internos y utilizó mochilas amplias para guardar todo lo robado.

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Cuando consideraron que ya habían tomado cada objeto de valor, los delincuentes bajaron del micro sin mirar atrás. “Huyeron en los mismos vehículos en los que habían llegado”, confirmó el chofer. El contingente quedó inmóvil durante unos minutos, todavía bajo la tensión de haber pasado por un episodio que pudo terminar peor en plena oscuridad.

El recuento inicial señaló que al menos 28 turistas perdieron documentación, dinero y teléfonos. Muchos debieron esperar asistencia del consulado argentino en Santiago, ya que no tenían forma de regresar al país. El viaje que debía cerrar con una jornada de compras quedó atravesado por miedo, trámites y una travesía que expuso la vulnerabilidad de quienes circulan por rutas consideradas seguras.