Importaciones: octubre marcó un ingreso histórico y expuso la presión sobre la industria local

El INDEC confirmó que Argentina registró en octubre un récord absoluto de más de 4.000 productos terminados importados, con una participación dominante de mercancías despachadas por plataformas chinas como Shein y Temu. El volumen de bienes de consumo avanzó 62% interanual y se ubicó entre los rubros de mayor expansión, solo superado por los vehículos y el segmento “otros”, que engloba compras por courier y envíos digitales, con un salto del 237% que sorprendió incluso a los analistas sectoriales.

El listado de ingresos muestra una variedad inédita: alimentos como carnes, lácteos, pescados, frutas y panificados, además de bebidas, artículos de higiene, bazar, indumentaria, calzado, electrodomésticos e instrumentos musicales. La amplitud del flujo está asociada a aranceles más bajos y a un tipo de cambio importador que se mantiene por debajo de los $1.400, lo que favorece la decisión de compra frente a los precios del mercado interno y alienta operaciones que antes se realizaban en viajes a países limítrofes.

OTRAS NOTICIAS: 

Avanzan con acuerdos para eliminar retenciones al crudo convencional en dos provincias patagónicas

El organismo estadístico informó que las compras externas de octubre alcanzaron los US$ 1.194 millones, cifra que refleja un incremento interanual del 48,8% y consolida la tendencia que se observa en el acumulado anual, donde las importaciones ya suman US$ 64.600 millones. De ese total, US$ 9.500 millones corresponden a bienes finales, un número que se acerca a los US$ 12.700 millones destinados a bienes de capital, indicador que generó debates sobre el verdadero motor del aumento.

Mientras el Gobierno celebró el crecimiento de las importaciones de bienes de capital como síntoma de mayor inversión, los analistas remarcan que la expansión más acelerada ocurre en los bienes de consumo y en las compras online, modalidades que continúan en ascenso. La explicación oficial vinculó este auge a la mejora de la confianza del consumidor, que en noviembre avanzó 8,8% según la Universidad Torcuato Di Tella, aunque especialistas advierten que el fenómeno responde más a cambios de hábito que a un aumento real del poder adquisitivo.

OTRAS NOTICIAS: 

El Gobierno habilitó la etapa económica para la venta de cuatro hidroeléctricas estratégicas

Esta transformación se observa en conductas cada vez más extendidas: muchas personas que antes viajaban para comprar determinados productos hoy concretan esas adquisiciones desde el hogar, atraídas por opciones de pago, evaluaciones de calidad, velocidades de entrega y comparaciones de precios que resultan más favorables que en el mercado local, incluso con alternativas en cuotas.

Sin embargo, la interpretación de que este boom refleja una mejora en el bolsillo queda desmentida por los datos de consumo masivo, que solo muestran un alza interanual del 2,2% y exhiben una desaceleración frente a septiembre. Informes privados señalan que la capacidad instalada se mantiene entre 58% y 61%, niveles equivalentes a los de la pandemia y que implican una ociosidad cercana al 40%, un dato que alarma a las industrias más sensibles al impacto importador.

OTRAS NOTICIAS:

Confirman el aumento de diciembre y definen nuevos montos para jubilaciones, pensiones y asignaciones

Econviews destaca el caso del sector textil, cuya utilización promedio se ubicó en 43% durante 2025, mientras el empleo privado del rubro cayó 12,7% desde agosto de 2023, lo que representa la pérdida de 16.000 puestos de trabajo. El diagnóstico es compartido por referentes industriales que observan un escenario complejo si se mantiene el flujo actual de importaciones, especialmente en bienes que compiten de manera directa con la producción nacional.

En ese sentido, el CEO de Techint, Paolo Rocca, advirtió que las importaciones de lavarropas pasaron de 5.000 unidades mensuales a 87.000, mientras que en el caso de heladeras los ingresos saltaron de 10.000 a 80.000 unidades por mes. Su lectura apunta a que la presión externa obliga a muchas empresas a redefinir su esquema operativo y optar entre sostener la producción local o reconvertirse para distribuir mercancías del exterior con mayor competitividad.

El fenómeno, que combina precios internacionales más accesibles, plataformas digitales en expansión y un tipo de cambio favorable para importar, deja interrogantes abiertos sobre la capacidad de la industria para sostener niveles de actividad y empleo frente a una avalancha de productos que reconfigura los hábitos de consumo y altera los tiempos de recuperación del mercado interno.

Fuente: N A