

Río Negro quedó en el centro de la estrategia nacional para evitar la extinción del delfín de Lahille, una subespecie de tursión que atraviesa uno de los escenarios más delicados entre los cetáceos del país. La población de Bahía San Antonio, estimada entre 100 y 150 individuos, constituye el remanente más importante de la Argentina y representa casi la mitad del total nacional.


Especialistas explicaron que, aunque la abundancia se mantiene estable, los índices de natalidad son tan bajos que la renovación generacional no alcanza para garantizar la viabilidad del grupo a futuro. Este diagnóstico encendió las alarmas y motivó la realización del primer taller nacional de conservación del delfín de Lahille, un encuentro considerado histórico por su nivel de articulación y por la urgencia del desafío.
La jornada reunió a científicos, organismos gubernamentales, ONG, sectores pesqueros y aliados internacionales, con la participación activa de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de Río Negro. El objetivo fue consensuar una estrategia integral que permita proteger a la especie y reducir las amenazas que enfrenta en su entorno natural.
El taller se desarrolló en el marco del Plan de Manejo para la Conservación (CMP) de la Comisión Ballenera Internacional, recientemente adoptado para esta subespecie. El encuentro aplicó el enfoque One Plan Approach, una metodología de la UICN que combina acciones in situ —en el ambiente natural— y ex situ —fuera del hábitat— para maximizar resultados y coordinar esfuerzos científicos, técnicos y comunitarios.
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Gracias al intercambio entre equipos técnicos y especialistas, se logró delinear una hoja de ruta para los próximos cinco años, con prioridades concretas orientadas al monitoreo poblacional, la reducción de amenazas, la mejora en los procesos de financiamiento, la participación comunitaria y el fortalecimiento de las redes regionales de conservación.
Entre los riesgos identificados sobresalen la interacción con actividades pesqueras, la contaminación, el ruido submarino, la pérdida de hábitat y la disminución de presas naturales, factores que pueden afectar el comportamiento, la reproducción y la supervivencia de los ejemplares más jóvenes.
La actividad fue organizada por Fundación Azara, Zoológico de Núremberg, YAQU PACHA y Fundación Mundo Marino, junto a investigadores y representantes de instituciones vinculadas a la conservación marina. El encuentro permitió, por primera vez, articular al conjunto de actores que operan en la región costera donde vive esta población crítica.
Con esta agenda consensuada, Río Negro ratifica su responsabilidad estratégica en la protección del delfín de Lahille, una especie emblemática cuya supervivencia depende en gran medida del trabajo regional coordinado. El desafío está en marcha: revertir su estado de conservación y asegurar que la población de Bahía San Antonio siga siendo un refugio para uno de los cetáceos más amenazados del país.
















