Impuesto al gas de las vacas: la chispa que encendió la grieta ganadera bonaerense

Política30/11/2025REDACCIÓNREDACCIÓN
Impuesto al gas
Impuesto al gas

La mañana en la Legislatura bonaerense tomó temperatura cuando Lucía Klug presentó su proyecto para aplicar la Tasa Ambiental sobre el Metano. La diputada de UxP, cercana a Juan Grabois, buscó instalar una idea que promete ruido: un fondo fiduciario financiado con un gravamen sobre las emisiones ganaderas.

En el texto del proyecto, Klug apuntó que la medida se apoya en el principio de Responsabilidad Extendida del Productor, con la intención de redirigir recursos hacia una gestión más eficiente de los residuos urbanos. Según explicó, el metano generado por la fermentación entérica y el manejo del estiércol podría compensarse con mejoras en los rellenos sanitarios.

El argumento apareció reforzado por cifras oficiales: Buenos Aires aporta casi una cuarta parte de los gases de efecto invernadero del país, y dentro de ese mapa el metano representa el 27%. “La provincia tiene una imperiosa necesidad de actuar frente al cambio climático”, escribió la legisladora en su iniciativa. Para ella, el sector ganadero —responsable del 19% del metano provincial— debía incorporarse a un esquema ambiental más estricto.


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Mientras el proyecto circulaba, en Carbap ya hervía el malestar. “El metano se mide; la improvisación legislativa también… y emite mucho más”, lanzó la entidad rural en X, sin vueltas. El posteo sintetizó lo que vendría: rechazo frontal y sin gestos diplomáticos.

En un comunicado, la confederación profundizó la crítica. “Sumar una tasa al ‘metano de las vacas’ no reduce emisiones, reduce producción, competitividad y empleo”, advirtió la entidad, que además reprochó la ausencia total de consulta previa. Para Carbap, la TAMBA funciona como un impuesto disfrazado y castiga a un sector que ya convive con una presión fiscal asfixiante.

El presidente de la institución, Ignacio Kovarsky, fue incluso más directo. “No es una ley ambiental, es un impuesto encubierto al trabajo rural”, afirmó, y aseguró que la propuesta “no corrige nada” y “penaliza al que produce”. El dirigente lamentó que la discusión provincial pase por nuevos tributos en vez de revisar el gasto estatal.


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El contexto nacional complejiza aún más la disputa. Argentina genera metano principalmente por la actividad bovina, seguida por la industria del gas y el petróleo y por la descomposición de residuos. Los vertederos a cielo abierto y la extracción en Vaca Muerta aportan cifras crecientes, lo que abre múltiples frentes sobre cómo reducir emisiones sin frenar sectores productivos.

Mientras tanto, el debate global avanza. Dinamarca aprobó un esquema para gravar los eructos y flatulencias del ganado a partir de 2030, un modelo que muchos miran con sospecha y otros con curiosidad. Ese antecedente internacional sirve de espejo, aunque el escenario danés dista del argentino en escala y estructura.

La TAMBA dejó expuesta una tensión que late hace años: cómo conciliar la agenda ambiental con un entramado rural que sostiene economías locales enteras. La discusión recién empieza y promete capítulos intensos.


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