

Gimnasia viajó al estadio “Chiqui” Tapia decidido a marcar presencia desde el arranque. A los 21 minutos, Manuel Panaro abrió el partido tras una jugada colectiva que dejó sin reacción a toda la defensa local, acción revisada y convalidada por el VAR. El “Lobo” venía avisando y encontró premio a su intensidad.


Barracas respondió con su mejor tramo del encuentro. El equipo de Insua generó tres situaciones claras en pocos minutos, incluida una doble salvada que combinó un reflejo de Insfrán y un rebote en el palo, lo que sostuvo a Gimnasia cuando el trámite se inclinaba hacia el local.
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El segundo tiempo fue de presión alta para el conjunto del Guapo. Bruera y Candia exigieron a Insfrán una vez más, primero con un cabezazo abajo y luego con un tiro libre que explotó en el travesaño. Porra también tuvo la suya, contenida en la línea por el arquero visitante en otra acción que cambió la respiración de todo el estadio.
Gimnasia aguantó replegado, cortó circuitos y aprovechó los cambios para recuperar aire. Los ingresos de Castro, Briasco y Franco Torres reacomodaron al equipo en campo rival y le permitieron salir del ahogo.
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Cuando el partido ya entraba en el descuento, llegó el golpe final. A los 48 minutos, Franco Torres encaró mano a mano, dejó atrás a Miño y definió para clavar el 2-0, un cierre perfecto para un partido sufrido pero eficaz.
Con este triunfo, Gimnasia avanzó a semifinales y chocará con Estudiantes de La Plata, su rival eterno, en un clásico que definirá al finalista del Clausura y un boleto directo a la Copa Libertadores.

















