Escándalo: senadora denunció agresiones y acusó a Villarruel de clausurar su despacho

La Cámara alta quedó envuelta en una polémica inesperada. La senadora fueguina Cristina López, recientemente incorporada al Congreso, denunció agresiones físicas, amenazas y trato violento por parte de personal de Seguridad luego de que encontrara su despacho clausurado y con la cerradura cambiada. “Es un ataque de extrema gravedad institucional”, sostuvo la legisladora del PJ.

López había comenzado a trabajar dos semanas atrás en la oficina que hasta hace poco ocupaba el salteño Sergio Leavy, también del peronismo. Según relató, durante el acto de jura —cuando ella no estaba en el lugar— se modificó el acceso al despacho, se colocó una faja en la puerta y se retiró su placa identificatoria. Además, afirmó que sus objetos personales quedaron en el interior, incluida su computadora.

La senadora responsabilizó directamente a la vicepresidenta Victoria Villarruel, presidenta del Senado. Según López, un jefe de Seguridad le informó a Juliana Di Tullio que la propia Villarruel ingresó al despacho ese mismo viernes. “Los dueños del Senado son los senadores, no la vicepresidenta”, cuestionó, en un mensaje que tensó aún más el clima político.

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López explicó que había acordado con Leavy la continuidad en ese despacho, ya que históricamente fue utilizado por representantes fueguinos. Esa decisión —según afirmó— fue informada al interbloque de Unión por la Patria y comunicada formalmente a la Presidencia del Senado. Sin embargo, nunca recibió una respuesta oficial.

Ante la falta de explicaciones, la legisladora decidió presentarse en la oficina acompañada por su esposo, el concejal Juan Carlos Pino, y un cerrajero para recuperar sus pertenencias. Allí se encontró con un cordón de seguridad que le impidió el ingreso. El forcejeo que siguió alimentó la polémica y derivó en la denuncia penal por lesiones, amenazas y agresiones sexuales.

El episodio se convirtió rápidamente en un conflicto institucional. López advirtió que permitir acciones de este tipo “abre la puerta a castigos políticos contra cualquier legislador por su postura” y remarcó que el mensaje es “muy peligroso para la democracia”.

Desde el entorno de Villarruel no hubo pronunciamiento público al cierre de esta edición, aunque fuentes del Senado admitieron que los cambios de oficina suelen generar fricciones en cada renovación parlamentaria. El tono de las acusaciones, sin embargo, elevó la disputa a un nivel inusual.

La situación promete nuevos capítulos. El bloque de Unión por la Patria evalúa pedir explicaciones formales en el recinto, mientras la denuncia avanza en la Justicia. En medio del recambio legislativo, el Senado enfrenta un escándalo que expone tensiones internas y abre un debate sobre los límites de autoridad de la Presidencia de la Cámara.