

Boca abrió la semana con un escenario casi ideal, algo poco frecuente antes de un clásico. Velasco y Palacios trabajaron sin molestias y enviaron un mensaje alentador al cuerpo técnico, que esperaba su recuperación completa para estas horas. La única incógnita es Herrera, que todavía realiza tareas diferenciadas.


En Racing ocurre lo contrario y el clima es menos optimista. El equipo arrastra el cansancio de los últimos partidos, donde dejó mucha energía y varias dudas. Las expulsiones de Martirena y Sosa complicaron aún más el panorama, dejando huecos sensibles para el domingo.
Mientras en Avellaneda procesan esa situación, en Boca perciben un impulso anímico que se sostiene desde hace semanas. El plantel mantiene un funcionamiento confiable, con pocas sorpresas y respuestas consistentes. El contraste con su rival es evidente en el ánimo general.
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Claudio Úbeda recibió buenas noticias en cada entrenamiento. La presencia de los futbolistas recuperados le permite trabajar con variantes y reorganizar la estructura sin sobresaltos. El cuerpo técnico confía en sostener la misma base que viene mostrando firmeza.
El caso de Alan Velasco representa uno de los mayores alivios. Vuelve tras meses de recuperación y ya suma ritmo de fútbol, algo muy esperado por su influencia en el ataque. Su convocatoria parece prácticamente definida.
Carlos Palacios también dejó atrás el golpe que lo sacó del partido anterior. El delantero se mostró cómodo en cada movimiento, sin limitaciones ni gestos de dolor. Su regreso pleno ofrece una opción ofensiva que Boca valora mucho en esta etapa.
La evolución de Ander Herrera es el punto que sigue en análisis. Aunque completó parte de la práctica, aún no participó del bloque de fútbol, lo que retrasa la decisión final. Su presencia o ausencia dependerá de las próximas sesiones.
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Si el panorama continúa estable, Boca podrá presentarse con el plantel completo. Úbeda incluso evalúa sostener el mismo once que viene acumulando triunfos. El grupo muestra cohesión y una identidad marcada.
La racha de seis victorias consecutivas influye en cada charla interna. El equipo gana confianza y resuelve situaciones con naturalidad, algo que se percibe en su juego. La idea se mantiene firme y los futbolistas responden con convicción.
La única incógnita real es la continuidad de Milton Giménez entre los titulares. El delantero atraviesa un tramo irregular, con fallas en la definición y poca participación ofensiva. El cuerpo técnico analiza si sostenerlo o buscar otra variante para el clásico.

















