

La detección del cargamento comenzó cuando personal del Control Fijo Cuay Grande advirtió irregularidades en una encomienda que viajaba en una empresa de paquetería, lo que motivó el alerta inmediato al equipo de la Sección Núcleo del Escuadrón 57 “Santo Tomé” de la Gendarmería Nacional Argentina. La intervención se realizó bajo protocolo y en un espacio acondicionado para evitar alteraciones en el material.


Con la presencia de testigos civiles, los uniformados abrieron los tres bultos que integraban el envío y documentaron cada movimiento. En el interior encontraron 59 paquetes amorfos, envueltos de manera similar, que contenían una sustancia vegetal verde amarronada. La situación reforzó la sospecha de que se trataba de un intento de traslado encubierto mediante el uso del sistema de encomiendas.
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Luego del conteo inicial, el personal de Criminalística y Estudios Forenses aplicó pruebas de campo Narcotest y confirmó que la sustancia correspondía a cannabis sativa, un resultado que cerró cualquier duda técnica sobre el contenido. El pesaje final arrojó 20 kilos 297 gramos, una cantidad significativa para un envío fraccionado en bultos separados.
El procedimiento quedó documentado en presencia de los testigos y se dio aviso inmediato al Juzgado Federal y a la Fiscalía Federal de Paso de los Libres, organismos que orientaron el secuestro del material. La encomienda permaneció bajo custodia en el depósito judicial, donde será sometida a peritajes complementarios para avanzar con la trazabilidad del envío.
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La fuerza federal sostuvo que el sistema de control en rutas y puntos logísticos permite detectar maniobras que intentan disimular el transporte de droga mediante cadenas formales de envío, un método cada vez más frecuente en casos vinculados al tráfico interprovincial. La investigación ahora buscará determinar el origen del paquete, su ruta prevista y a los responsables del intento de traslado.

















