Más de la mitad de los argentinos dice sentirse valorado por su jefe, pero persiste la falta de reconocimiento

El nuevo relevamiento de Randstad muestra un panorama mixto dentro del mundo laboral argentino. El 58% de los trabajadores afirma sentirse valorado por su jefe, pero al mismo tiempo un 32% reconoce que jamás recibió un reconocimiento por sus logros. La percepción positiva convive con una falta de gestos concretos que marcan diferencias en la experiencia diaria.

Las cifras locales se ubican en línea con la región: Chile encabeza el podio con 59%, Argentina queda apenas por debajo y Uruguay cierra con 57%. Aun así, el nivel de valoración no siempre incluye señales claras hacia los equipos. “Las personas necesitan ver ese valor reflejado en gestos concretos”, sostuvo Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.

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El informe detalla que solo el 22% siente que su jefe reconoce siempre sus logros, mientras que casi la mitad recibe ese reconocimiento de forma intermitente. El resto nunca lo recibió. La tendencia se repite en Chile y Uruguay, lo que revela un patrón extendido: la valoración aparece, pero el reconocimiento no se consolida como práctica habitual.

Al analizar la escucha, los resultados también muestran contrastes. El 37% de los argentinos dice que su jefe siempre tiene en cuenta sus opiniones, pero un 20% nunca fue consultado. La situación es similar en los tres países relevados, con diferencias mínimas entre ellos.

Un dato que sorprende es el vínculo digital: el 30% de los argentinos tendría a su jefe entre sus contactos de redes sociales, un indicio del cambio generacional y de la menor distancia entre lo laboral y lo personal. La tendencia es aún mayor en Uruguay y Chile.

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En cuanto al trato, el 56% asegura no haberse sentido maltratado nunca, aunque un tercio admite haber pasado por esa experiencia al menos una vez. Aun así, la relación general muestra un tono favorable: el 46% está muy contento con su jefe actual y otro 41% se mantiene en una postura neutra.

Para Ávila, la clave está en el equilibrio: “Gestionar las relaciones y el ambiente laboral sin perder los límites es una habilidad central para construir espacios más humanos”, afirmó. El informe deja claro que la valoración existe, pero la consistencia en el reconocimiento sigue siendo uno de los grandes pendientes.