
Aeropuertos Argentina, otra vez en el centro de la crítica por El Tehuelche
Chubut11/12/2025
Sergio Bustos
Los anuncios recientes de obras en aeropuertos del país, con foco en Bariloche, reactivaron el malestar en la Patagonia. En ese clima, el reclamo volvió a sonar fuerte en Puerto Madryn: cuestionan a Aeropuertos Argentina por la falta de una ampliación integral en El Tehuelche, pese al crecimiento de pasajeros y a la demanda que genera la temporada turística.


El tema también tuvo eco inmediato en Esquel. Tras los anuncios, el intendente Matías Taccetta expresó su disconformidad por el estado de la obra de ampliación en el aeropuerto local, que se menciona como paralizada o sin avances visibles, con un margen de ejecución que, según se sostiene, era acotado.
En Puerto Madryn, la crítica apunta a una sensación repetida: la terminal suma movimiento, pero las mejoras no acompañan al mismo ritmo. En el debate local se recuerda que hubo obras puntuales, como ampliaciones en el área de preembarque, sanitarios y algunos ajustes en servicios, pero que el proyecto de ampliación de fondo nunca tomó forma de manera completa.
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La comparación que circula con más fuerza se apoya en otras inversiones recientes. Aeropuertos Argentina mostró con despliegue la inauguración de obras en el aeropuerto de San Juan, con una inversión anunciada en 55 millones de dólares, una terminal ampliada y mejoras operativas visibles: más superficie, nuevos mostradores de check-in, cintas de equipaje, mangas de embarque y más puertas.
Ese contraste alimenta una pregunta política y técnica: cómo se definen las prioridades de inversión dentro de un sistema concesionado y qué peso real tienen los aeropuertos patagónicos en esa agenda. Para quienes cuestionan, la Patagonia queda relegada, aun cuando la actividad turística y el volumen estacional ponen presión sobre la infraestructura disponible.
En el caso de El Tehuelche, también aparece un punto de discusión: se hicieron obras, pero para muchos no alcanzan. La crítica no niega intervenciones, sino que plantea que no resuelven la cuestión central: una terminal que crece por demanda, pero no crece en capacidad de manera proporcional.
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Con ese telón de fondo vuelve una discusión más estructural: qué compromisos asumió la concesionaria desde la privatización y cuánto se ejecutó a lo largo de los años. En el debate local se menciona que valdría la pena revisar el cumplimiento de los pliegos de concesión y el detalle de inversiones prometidas y realizadas, aeropuerto por aeropuerto.
En esa línea aparece la idea de avanzar por vía judicial federal para exigir documentación, verificar obligaciones y dejar asentado “en blanco sobre negro” el grado de cumplimiento. No sería un proceso menor, porque implica contratos, auditorías, regulación y antecedentes administrativos, pero es una alternativa que algunos empiezan a mencionar como forma de salir del reclamo repetido sin respuesta.
El reclamo, en síntesis, mezcla presente y fondo. Presente, porque los anuncios en otras provincias reavivan el contraste. Fondo, porque vuelve la discusión sobre la distribución de inversiones, el rol del control estatal y la capacidad de las ciudades de exigir obras acordes al crecimiento real de pasajeros y a la importancia turística de cada destino.
















