La Justicia frenó la demolición del Luna Park y puso un límite al plan porteño

La Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires rechazó la apelación del gobierno porteño y confirmó la suspensión de cualquier obra sobre el Luna Park. La decisión se apoyó en el valor histórico y simbólico del estadio, protegido por normas patrimoniales.

El fallo significó un revés para la gestión de Jorge Macri, que había habilitado una intervención profunda del edificio mediante una interpretación urbanística cuestionada. Esa lectura permitía modificar estructura y fachada del histórico “Palacio de los Deportes”.

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La Sala III respaldó una resolución previa del Juzgado N.º 5, a cargo de la jueza Natalia Tanno, que ya había ordenado frenar las obras. El criterio central fue claro: el resguardo legal impide cambios totales o parciales en un inmueble con protección estructural.

La acción judicial fue impulsada por el abogado Andrés Gil Domínguez, quien sostuvo que autorizar la demolición “bajo pretexto de una mejora tecnológica” implica “desnaturalizar la esencia del edificio”. También advirtió que el proyecto viola la prohibición de alterar el volumen original.

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Según la presentación, el plan contemplaba reemplazar la cubierta, reorganizar la planta baja, sumar subsuelos y avanzar con meses de demoliciones, para luego ejecutar una obra de largo plazo. Para el letrado, se trataba de “una aniquilación irreversible” del estadio.

A las objeciones se sumaron organizaciones civiles como Basta de Demoler y el Observatorio del Derecho a la Ciudad, que calificaron la iniciativa como un sinsentido y reclamaron una intervención orientada a la preservación del valor histórico del Luna Park.