El paso de Maradona por la Lepra fue corto, pero intenso. El 13 de septiembre de 1993, el ‘10′ volvía a Argentina tras un paso sin pena ni gloria por el Sevilla. Acompañado por sus hijas el Diego se embarcaría en una nueva aventura en el Estadio Coloso del Parque junto a los más de 40 mil espectadores que se desplazaron para ver al ‘barrilete’ arribar al equipo.

El desembarco del ‘Pelusa’ a Newell’s estuvo marcado por la polémica, dejada en tierras españolas tras dejar el Sevilla. En el conjunto de Nervión, Maradona nunca llegó a deslumbrar todo el talento que llegó a atesorar en su anterior etapa en el Nápoles. Un Maradona ya más mayor y en la recta final de su carrera que, de la mano de Bilardo, intentaría cambiar la historia del equipo andalúz. Sin embargo, una pelea con el ‘Narigón’ echó tierra de por medio a un proyecto ambicioso. El exselecionador de la albiceleste sustituyó a Diego en el segundo tiempo tras el empate a uno frente al Burgos, acción que no gustó nada a la leyenda. “¡Hijo de puta! ¡La puta madre que te parió!”, se le escuchaba a Diego propinar sobree Bilardo de camino al tunel de vestuarios. La pelea llevó al ‘10′ tomar la decisión de no volver a ponerse la camiseta del equipo español nunca más. Volvería a Buenos Aires al poco tiempo después.

Sin equipo y de vuelta en Argentina, varios clubes de la Primera División se acercarían para intentar sumar al Diego a su equipo. San Lorenzo o Argentinos Juniors, según informó la prensa del momento, pero finalmente sería Newell’s el que se llevase el gato al agua. Las negociaciones entre Maradona y la dirigencia no fue sencilla. Y es que el ‘astro del fútbol mundial’ pidió unas demandas por encima de las posibilidades del club. Retrasar la hora de entrenamientos, por aquel entonces organizados para la seis de la mañana, o aumentar los bonus por objetivos del plantel serían algunas de los requerimientos del Diego.