REHÉN ISRAELÍ LIBERADA POR HAMÁS RELATA SU EXPERIENCIA

Yocheved Lifshitz, una anciana israelí de 85 años que fue liberada por Hamás en la noche del lunes, ha compartido detalles de su experiencia como rehén en manos de los militantes palestinos. Aunque su secuestro comenzó con violencia, Lifshitz afirmó que su trato mejoró considerablemente durante su cautiverio de dos semanas en Gaza.

Lifshitz, visiblemente frágil, relató que su pesadilla comenzó cuando fue subida a una motocicleta y llevada desde su kibutz a la cercana Gaza. Durante el viaje, los secuestradores la golpearon brutalmente, dejándola con dolores en el cuerpo y dificultades para respirar.

"Cuando estaba en la moto, tenía la cabeza a un lado y el resto del cuerpo al otro. Los jóvenes me golpearon por el camino. No me rompieron las costillas, pero me dolía y me costaba respirar", explicó.

Sin embargo, la historia de Lifshitz da un giro inesperado una vez que llegó a Gaza. Según su testimonio, sus captores la llevaron a túneles que parecían una tela de araña, pero la trataron de manera considerada. Incluso, un médico la visitó y se aseguró de que ella y los otros rehenes recibieran el mismo tipo de medicamentos que habían estado tomando en Israel.

La liberación de Lifshitz es un alivio para su familia y la comunidad internacional, pero aún quedan 220 rehenes en manos de Hamás, lo que subraya la complejidad y la tensión que rodea el conflicto en Oriente Medio.

La mujer también aprovechó la ocasión para hacer una observación crítica sobre las medidas de seguridad en su país. Según Lifshitz, el ejército israelí no había tomado en serio la amenaza de Hamás, y la costosa valla de seguridad destinada a mantener alejados a los militantes no había resultado efectiva "en absoluto". Su testimonio arroja luz sobre la delicada situación en la región y la urgencia de encontrar soluciones para poner fin al conflicto que ha afectado a tantas personas inocentes.