COPPOLA EL REPRESENTANTE: DEBUTÓ CON TODO

La esperada serie finalmente vio la luz y cumplió con lo que todo producto audiovisual sueña: dar mucho de qué hablar. Con la sublime actuación de juan Minujín.

Actualidad 26 de marzo de 2024 Gladys Videla Gladys Videla
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La esperada serie Coppola: el representante finalmente vio la luz y cumplió con lo que todo producto audiovisual sueña, para dar mucho de qué hablar.

Para quienes no están interesados en el mundo del fútbol, ni tampoco en el legado “maradoneano”, la bioserie podría haber sido un plomo y sin embargo no lo fue.

Es que Coppola: el representante hizo mucho mérito como para estar entre los productos más vistos de Star+ por estos lados.

Por empezar, se trata de una serie ATP, equivalente a una película pochoclera, y no por eso resigna calidad cinematográfica o narrativa.

GUILLERMO COPPOLA HABLÓ DE TODO EN LU17



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La ambientación de las distintas épocas y la adaptación de Juan Minujín y Santiago Bande, a las diferentes etapas del personaje en cuestión (que eran una gran preocupación entre los mismos actores y parte del público), finalmente son excelentes.

Y ni hablar de la dirección de Ariel Winograd, un cineasta capaz de transformar lo popular en algo original, único. Los recursos gráficos que tiene la serie (“muy Winograd”) le dan al producto un carácter lúdico, una pátina de comicidad muy sutil pero efectiva.

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Pero además de todo lo dicho, hay dos grandes cuestiones para valorarle a Coppola. Por lado un guion inteligente que más allá de basarse en su versión de la historia no lo muestra solo en su faceta “ganadora”.

No es condescendiente con ese personaje ventajero, aunque tampoco lo deja tan mal parado. Se puede decir que, como en la vida, una persona no tiene solo una cara.

El otro gran aspecto a destacar es la interpretación de Juan Minujín, más allá de la peluca blanca. El actor terminó de confirmar con este papel que es uno de los más versátiles del cine y la tevé nacional. Un intérprete capaz se encarnar a Bergoglio (como en Los dos Papas) y a Coppola casi sin despeinarse.

 

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Por último, qué decir de ausencia de Diego Maradona en la serie. La estrategia de no mostrarlo y que aún así sea omnipresente, fue de lo más inteligente.

Sin estar, el “10″ está en cada escena de la serie. Lo mismo debe pasar hoy en la vida de Coppola.

 Guillermo Coppola despierta simpatía y desagrado en la misma proporción. Este hombre no tendría el reconocimiento que tiene si no fuera por la figura de Diego Maradona y las responsabilidades que le otorgó en vida.

Para muchos ‘maradoneanos’ representa lo peor de su carrera, sin embargo -como vemos en la serie- el mánager puso las manos en el fuego por el futbolista en infinitas ocasiones.

Tal vez, por cuestiones de derechos e imagen, no fue posible establecer un personaje que represente al jefe y amigo del empresario. Y, más allá de que se resolvió de gran manera, a Coppola el representante le faltó más Maradona. Winograd y equipo lo incluyen en llamados telefónicos o imágenes de archivo que no son suficientes.

Por supuesto, el foco está puesto en Coppola y la bioserie es suya. Allí podemos ver un recorte de su biografía, erigiéndose sobre un personaje carismático, seductor y fanfarrón (casi tanto como Diego). Aunque parece un fino lavado de imagen, vemos como Coppola se vanagloria de ser un ventajero en la mayoría de los aspectos de su vida.

Hay escenas que adquieren un fuerte significado -no por lo que hizo el mánager sino por la resonancia de la figura mundial del “10″- y es donde se puede notar que es Diego quien hace relevante la existencia de Coppola. Por mencionar algunas: las negociaciones futbolísticas, el tratamiento en Cuba después de casi morir en Punta del Este y el partido homenaje del 2001.

En lo que respecta a su historia personal, sirven a la serie los pasajes de comedia y lo pintoresco y divertido que puede llegar a ser “Guillote” forjándose como un héroe de la noche y un líder de la farándula de los años 90′. Aquí es donde la ficción pierde fuerza y sólo es rescatable la comedia que imprime el director y el enlace propuesto entre imágenes que simulan el archivo, la música característica de la década y la irrupción de personalidades como Susana Giménez, Yuyito González y Karina Rabolini, entre otros.

Cabe destacar que el trabajo de Juan Minujín para encarnar a Guillermo Coppola es sublime.

información: La voz

   

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