“ME ALEJO DE LA GENTE QUE APOYA GENOCIDAS Y DICTADORES”

El guitarrista de Pink Floyd reafirma su distancia con Waters, citando diferencias irreconciliables. Los conflictos entre ambos siguen vigentes.

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gilmour waters
Gilmour repudia a Waters.

David Gilmour ha cerrado toda posibilidad de volver a tocar con su ex-compañero de Pink Floyd, Roger Waters. El músico dejó en claro que no volvería a compartir escenario bajo ninguna circunstancia.

En una entrevista reciente con The Guardian, Gilmour fue tajante. "En absoluto", dijo cuando le preguntaron si consideraría reunirse con Waters. Las diferencias entre ambos parecen irreparables.

El conflicto entre Gilmour y Waters no es nuevo. La relación entre ambos se ha mantenido tensa durante años, con declaraciones cruzadas y distanciamiento personal y profesional.

Gilmour criticó duramente las posturas políticas de Waters. "Me alejo de las personas que apoyan activamente a dictadores genocidas como Putin y Maduro", afirmó el guitarrista.

Además, Gilmour se mostró firme en su rechazo a los comentarios de Waters sobre ciertos temas sociales. "Nada me haría compartir escenario con alguien que justifica el maltrato a las mujeres y a la comunidad LGBT", agregó.

El guitarrista también recordó con afecto a Richard Wright, tecladista de Pink Floyd. "Me encantaría volver a tocar con Rick, que fue una de las personas más amables y talentosas que conocí", dijo, en contraste con su opinión sobre Waters.

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Este año, Gilmour apoyó públicamente a su esposa, Polly Samson, quien acusó a Waters de ser “anti-semita, misógino y un apologista de Putin”. Gilmour respaldó cada una de esas palabras.

Waters, por su parte, refutó las acusaciones. El músico calificó los comentarios de Samson como “incendiarios e imprecisos”, y señaló que buscaría asesoramiento legal, aunque no se concretaron acciones.

El distanciamiento entre ambos músicos ha sido una constante en los últimos años. La tensión creció a tal punto que cualquier tipo de reunión parece imposible, según las declaraciones más recientes de Gilmour. Este conflicto se da en un momento clave para la banda. Pink Floyd ha vendido su catálogo y derechos a Sony por 400 millones de euros, una negociación que no estuvo exenta de complicaciones.

A pesar de los rumores de una posible reconciliación, Gilmour dejó claro que no hay interés de su parte. La distancia entre ambos sigue siendo infranqueable.

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La venta del catálogo es uno de los movimientos más importantes en la historia de la banda. El acuerdo con Sony marca un nuevo capítulo en el legado de Pink Floyd, pero sin la participación conjunta de sus dos figuras principales.

El legado de la banda sigue intacto, aunque la posibilidad de una reunión está completamente descartada. Gilmour ha marcado una línea definitiva, que parece no tener vuelta atrás.

Los fans de Pink Floyd deberán conformarse con el legado musical de la banda, ya que cualquier posibilidad de reencuentro se ha esfumado con estas declaraciones.

El conflicto entre Gilmour y Waters ha sido uno de los más comentados en la industria musical. Las diferencias ideológicas y personales han distanciado a dos de los músicos más influyentes del rock.

A pesar de la tensión, Pink Floyd sigue siendo una de las bandas más importantes de la historia. Su música continúa inspirando a generaciones, aunque sus miembros ya no compartan escenario.

   

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