(AUDIO) TRELEWENSE EN LA TRÁGICA INUNDACIÓN DE VALENCIA

Beto Durán, oriundo de Trelew, vive desde hace dos años en Albal, una localidad cercana a Valencia, España. En comunicación con #La17, Durán relató la situación de emergencia tras la inundación que afectó a miles de personas en la región.

“En pocas horas, cayeron más de mil milímetros,” explicó Durán. Este volumen de agua superó toda infraestructura y provocó el desbordamiento de ríos en toda la cuenca del Júcar. La riada impactó la vida cotidiana en las localidades cercanas, dejando calles anegadas y casas sumergidas.

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Beto, relató cómo el agua alcanzó hasta dos metros en el frente de su hogar. “La riada llevaba autos como si fueran barquitos de papel,” comentó, recordando las impactantes imágenes de vehículos flotando en las calles inundadas. En el caso de su vehículo, una furgoneta de trabajo, fue arrastrada por la corriente y quedó inservible.

Valencia se salvó de un impacto mayor gracias a la derivación del río Turia. Desde la gran inundación de 1957, Valencia realizó obras para desviar el caudal y evitar desastres similares en el centro urbano. “Si no fuera por esa obra, hoy Valencia estaría bajo el agua,” indicó, reconociendo la efectividad de las medidas de prevención adoptadas en el pasado.

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En Albal, la situación sigue siendo crítica. Durán detalló que muchos de sus vecinos lo perdieron todo y algunos ni siquiera pueden regresar a sus hogares. A pesar de las alertas, la magnitud del desastre superó las previsiones y afectó especialmente a zonas sin infraestructura adecuada.

Durán también comentó la falta de coordinación en los avisos de alerta. “Avisan que viene tormenta, pero esta vez fallaron,” señaló. A diferencia de Argentina, donde las alertas son continuas, aquí los sistemas de aviso no lograron advertir con precisión la gravedad de la situación.

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Afortunadamente, él no reportó la pérdida de vidas entre sus conocidos. Sin embargo, su situación es común: muchos perdieron viviendas y pertenencias, enfrentando ahora el desafío de reconstruir sus vidas. “Gracias a Dios, no conozco a nadie que haya sufrido una pérdida irreparable,” expresó con alivio.

Sobre la ayuda gubernamental, mencionó que la Unión Europea ya asignó fondos de emergencia para la recuperación. Sin embargo, el proceso se ve entorpecido por conflictos políticos internos, lo que ralentiza la asistencia a los afectados. “Aquí la política complica más las cosas,” criticó Durán.

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Al despedirse, Beto agradeció la oportunidad de contar su historia desde la distancia. “Gracias por acordarse de uno desde allá,” dijo emocionado. El trelewense espera que la recuperación sea pronta y que pronto se restablezca la vida en Albal y en toda la región afectada.