UCRANIA SE ATRIBUYE EL ASESINATO DE UN GENERAL RUSO

El general Igor Kirillov murió en Moscú tras una explosión este martes. El artefacto detonó cerca de un edificio residencial. La bomba estaba oculta en una moto estacionada, según fuentes rusas.

La explosión ocurrió a las 6:12 de la mañana y fue devastadora. “El impacto rompió ventanas hasta el tercer piso”, informó RIA Novosti. Un ayudante de Kirillov también falleció en el ataque.

Un funcionario del servicio de seguridad ucraniano (SBU) confirmó la responsabilidad del atentado. “Kirillov era un objetivo legítimo”, declaró bajo anonimato. El SBU lo acusó de ordenar el uso de armas químicas en Ucrania.

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El día anterior, Ucrania denunció que Rusia utilizaba armas tóxicas. “Las fuerzas rusas arrojaron compuestos químicos para expulsar a soldados de sus trincheras”, afirmaron. Moscú negó estas acusaciones.

Kirillov encabezaba las fuerzas de defensa radiactiva, química y biológica de Rusia. Fue responsable del desarrollo del lanzacohetes termobárico TOS-2, utilizado en Ucrania. También participó en la propaganda rusa durante la guerra.

El asesinato generó conmoción en Rusia y silencio en el Kremlin. Medvédev prometió “represalias inevitables” contra la cúpula política y militar ucraniana. Las declaraciones se difundieron a través de la agencia estatal Tass.

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La Cámara Baja del Parlamento ruso guardó un minuto de silencio en su honor. “No solo era un líder militar, sino también un científico”, destacó el presidente Viacheslav Volodin. La noticia incluyó los principales titulares de la televisión estatal rusa.

Los analistas consideran que este tipo de ataques busca enviar un mensaje. “Los responsables de esta guerra también son vulnerables”, dijo John Foreman, agregado de Defensa británica. Ucrania intensifica operaciones encubiertas lejos del frente.

El SBU también se adjudicó atentados anteriores contra altos mandos rusos. El más reciente fue Valery Trankovsky, asesinado el mes pasado en Crimea. Las acciones buscan debilitar moral y estratégicamente al Kremlin.

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Kirillov estaba sancionado internacionalmente por el uso de armas químicas. El Departamento de Estado estadounidense lo acusó de utilizar cloropicrina y gases lacrimógenos. Estas sustancias están prohibidas por convenciones internacionales.

Desde el inicio de la invasión, Ucrania denunció más de 4800 ataques químicos. Rusia rechaza las acusaciones y argumenta falta de pruebas. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas calificó la situación de “extremadamente preocupante”.

Expertos aseguran que estos ataques no cambiarán el rumbo de la guerra. “El Kremlin sigue decidido a ocupar las regiones ucranianas declaradas como suyas”, sostuvo Foreman. Moscú no mostró señales de retroceder en sus objetivos.

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La explosión que mató a Kirillov fue seguida de nuevas advertencias rusas. Medvédev acusó a Ucrania de “prolongar la guerra y la matanza”. El clima de tensión aumenta tanto dentro como fuera del campo de batalla.

Ucrania apostó a operaciones encubiertas para compensar su desventaja militar. “El objetivo es debilitar al adversario desde adentro”, señalan los analistas. El asesinato de Kirillov es el más relevante dentro de Rusia desde 2022.