


En la ida de las semifinales de la Copa del Rey disputada en Montjuic, el Atlético de Madrid sufrió una derrota parcial de 4-2 frente a Barcelona, aunque la actuación de Julián Álvarez fue el verdadero destaque del encuentro. Conocido como “La Araña”, el argentino abrió la cuenta al minuto al vencer a Cubarsí y provocar que el arquero rival enviara la pelota al córner.


Aprovechando la jugada, el Colchonero ejecutó un tiro de esquina rápido; tras un magistral centro de Antoine Griezmann y un despeje de Lenglet, Álvarez se presentó en solitario para marcar el primer gol.
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A los cinco minutos, la misma figura brilló nuevamente al asistir a Griezmann, quien aplicó la ley del ex y amplió la ventaja a 2-0, consolidando a Álvarez como pieza clave al alcanzar los 20 goles en 39 partidos y firmar lo que se considera su mejor temporada en Europa.
Sin embargo, el curso del partido cambió rápidamente para el conjunto colchonero. A los 20 minutos, Pedri venció la resistencia de Juan Musso y recortó distancias para Barcelona, mientras que inmediatamente después, Pau Cubarsí igualó el marcador tras ganar el duelo aéreo contra Pablo Barrios, dejando el partido 2-2.
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En el cierre del primer tiempo, Iñigo Martínez aprovechó una jugada de balón parado para darle la ventaja a los culés, y en la segunda parte, Robert Lewandowski, asistido por Lamine Yamal, selló la victoria con su cuota goleadora.
A pesar de la derrota, la actuación de Julián Álvarez se destacó de forma individual, ganándose el apodo de “verdugo de Barcelona” y dejando claro que su rendimiento podría marcar la diferencia en futuros compromisos.











