ROBO, DOCUMENTOS Y HERENCIA: ÚLTIMO ESCÁNDALO DE GASALLA

Antonio Gasalla murió a los 84 años, pero su herencia quedó envuelta en sospechas, robos y documentos faltantes. Revelan maniobras para quedarse con bienes.

Actualidad23/03/2025Sergio BustosSergio Bustos
pierri gasalla
Pierri junto a Gasalla.

Antonio Gasalla dejó una obra inmensa. También dejó bienes, propiedades, efectivo y un nombre grabado en la historia del espectáculo. Pero su herencia no tendrá descanso fácil.

El actor falleció el martes pasado. Tenía 84 años. Estaba retirado. No trabajaba hacía tres años. Su salud se había deteriorado. Su entorno era cada vez más chico.

El robo de sus escrituras reveló un nuevo conflicto. El abogado Miguel Ángel Pierri habló públicamente. Aseguró que durante los últimos años hubo movimientos sospechosos.

Las escrituras desaparecieron antes de su muerte. Gasalla lo advirtió. Llamó a su abogado. Le dijo que no encontraba los papeles. “Le estaban faltando las escrituras”, relató Pierri.

No fue un olvido. No fue un error. Según el abogado, hubo intención de apropiarse de bienes. También denunció intentos de comprar propiedades a precios irrisorios.

“Alguien quiso quedarse con su departamento por cinco veces menos de su valor”, afirmó Pierri. Dijo que pudo frenar la operación justo a tiempo.

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El departamento en cuestión está en la calle Uriburu. Barrio de Recoleta. Piso alto, estilo europeo, ambientes amplios. Valuado en 600 mil dólares. Ícono de su éxito y estilo.

Durante sus últimos años, Gasalla sufrió robos hormiga, hackeos y vaciamiento paulatino de su patrimonio. Así lo aseguró su círculo íntimo.

El abogado sostuvo que hubo personas interesadas en fraguar operaciones. Documentos faltantes. Cajas de seguridad vaciadas. Escrituras que desaparecieron. Firmas que podrían haber sido falsificadas.

“No se trató solo de una pérdida de papeles. Alguien los robó con un fin”, expresó Pierri. Insinuó fraude, pero no dio nombres.

Gasalla no tenía propiedades en alquiler. Tampoco generaba ingresos. Su economía era ordenada. Pagaba lo justo. No gastaba de más. Tenía sus cuentas al día.

“Mantuvo el mismo nivel de gastos. No vivía en el exceso”, señaló el abogado. Su estilo fue austero en los últimos años. Pero su patrimonio seguía siendo alto.

Entre sus bienes se contabilizan propiedades de lujo, joyas, efectivo y objetos personales de alto valor. Algunos fueron robados. Otros siguen bajo investigación.

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En su cuenta bancaria había poco dinero. Según confirmó Pierri, al morir solo tenía 500 mil pesos en efectivo. Cifra baja para alguien de su trayectoria.

El resto de sus bienes no tiene valuación oficial. Se presume que la suma podría alcanzar varios millones de dólares. Pero nadie sabe con certeza cuánto quedó.

Su hermano Juan Carlos y sus sobrinos figuran como herederos principales. Ellos serán los responsables de administrar lo que queda. También deberán enfrentar los reclamos que puedan surgir.

La justicia deberá intervenir. El robo de escrituras no configura delito en sí. Pero si se usaron para firmar documentos falsos, podría haber causas penales.

“Con una escritura robada pueden simular una venta o pedir un préstamo”, advirtió Pierri. Ese riesgo existe. No es menor.

El robo afecta directamente la sucesión. Cualquier documento perdido complica el trámite. Cada papel faltante abre una ventana para litigios, objeciones o bloqueos judiciales.

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Gasalla había confiado en poca gente. Su entorno era reducido. Algunos allegados ya hablaron. Otros guardan silencio. La sospecha crece.

Pierri dijo que conoce a quien intentó comprar barato. También sabe quién robó los papeles. Pero prefirió no dar nombres. “Por ahora”, aclaró.

Las declaraciones causaron impacto. Muchos pensaban que el caso estaba cerrado. Pero ahora la herencia de Gasalla se convirtió en una historia con ribetes policiales.

El actor dejó una huella imborrable en el teatro y la televisión. Su talento marcó generaciones. Su final, en cambio, deja más preguntas que certezas.

El patrimonio de Gasalla ya no es solo un legado artístico. Es también un caso judicial en marcha.

   

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