



En la ciudad de Esquel, ha comenzado un juicio por jurados que capta la atención de toda la comunidad. Se trata del caso de Ana Calfín, cuya trágica muerte ocurrió hace dos años debido a graves quemaduras.
Este Martes, el juez técnico Jorge Novarino inauguró oficialmente las sesiones que determinarán el destino de Miguel Vargas, la pareja de la víctima en el momento de los hechos y único imputado en la causa.
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El caso, registrado bajo el número 6.044 y caratulado como “Prov. Del Chubut c/V.N.M.A”, involucra acusaciones serias contra Vargas.
El jurado popular, compuesto por igual número de mujeres y hombres, seis de cada género, está encargado de juzgar si Vargas es responsable o no de los delitos que le imputa el Ministerio Público Fiscal.
Este último está representado por la fiscal Rafaela Riccono, junto a las funcionarias Sofía Torres y Cecilia Bagnato.
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El proceso se inició con la resolución de diversas incidencias planteadas por las partes implicadas. Posteriormente, el juez Novarino procedió a dar las instrucciones iniciales al jurado, preparándolos para lo que sería una evaluación cuidadosa y detallada de las evidencias presentadas durante el juicio.
Las alegaciones de apertura fueron presentadas tanto por la fiscalía como por la defensa, encabezada por las defensoras públicas Carolina García y Paola Bagnato.
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Ambas partes expusieron sus teorías sobre los hechos, basándose en pruebas y testimonios que pretenden esclarecer lo sucedido aquel trágico día. El objetivo es proporcionar al jurado una base sólida para tomar una decisión justa y fundamentada.
Este juicio no solo busca hacer justicia por la muerte de Ana Calfín, sino que también pone a prueba la eficacia del sistema de juicio por jurados en casos de alta complejidad y carga emocional.
La comunidad de Esquel y observadores de todo el país están pendientes del desarrollo de este caso, esperando que se haga justicia de manera transparente y rigurosa.



