


Nacido un 24 de octubre en Puerto Madryn, Ramón Barrionuevo, más conocido como “La Mona”, casi llega a los 50 años y sigue mostrando la misma magia con la pelota. Es, sin duda, uno de los jugadores más queridos y respetados del fútbol amateur de la región.
Su infancia transcurrió en el barrio La Loma, justo detrás de la terminal. Allí dio sus primeros pasos futboleros en potreros cercanos a la Escuela Rosa de Corea, en la mítica cancha de Catri, dentro de Prefectura, y hasta se colaba en la cancha de la Aduana para jugar, aunque no siempre con permiso.
La pasión fue tomando forma y encontró su camino en el fútbol organizado. Comenzó sus inferiores en Deportivo Madryn con el Maestro Francisco Del Valle. Luego, con Alberto Lazarte, siguió su formación en Guillermo Brown, donde empezó a destacarse por su juego y carácter.
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El debut en Primera División de la Liga del Valle llegó de la mano del DT Luis Ignacio Murua, “El Pity”, quien le dio la 10 de Alianza Fontana Oeste para enfrentar nada menos que a clásico rival Alumni en el siempre difícil Barrio Roca. Una responsabilidad enorme que asumió con la naturalidad de un crack.
Foto: La cancha de tierra testigo de su talento.
No tardaron en llegar nuevos desafíos. El Club Barrio Sur de Trelew lo convocó para que lleve su fútbol allí, bajo la dirección del técnico “Salchicha” García. La Mona se adaptaba a cualquier equipo, a cualquier camiseta, y dejaba su marca con juego, goles y compromiso.
Su talento no se limitó al fútbol 11. En el fútbol 5 también dejó huella, jugando en Remis Madryn junto a históricos como “Keko” Peinipil, José María Cuel, Beto Rodríguez, y Elías León, entre otros. Luego también brilló en Limpi Hogar, dirigido por Néstor Caballin, compartiendo cancha con Marcos Duarte y Cristian Sánchez.
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Uno de los momentos más recordados fue una final donde jugando para Limpi Hogar venció a Remis por 7 a 3, con dos goles de La Mona. Una noche inolvidable, con el corazón dividido entre dos equipos que también eran parte de su historia.
También vistió las camisetas de Vilar, Luján, y UTGHRA, con los que participó en torneos Provinciales y Nacionales, siempre dejando en claro su jerarquía, liderazgo y capacidad goleadora.
En la liga amateur de Puerto Madryn, La Mona se convirtió en un símbolo. Jugó en Copacabana, San Fernando, El Porvenir, Chapa Quique, El Gigante, Sol de Mayo, 100% Aurinegro, Obulgen, Wilstermann, Los Duendes, Tala Juniors, Tabay y Club Florencia, llevando siempre la 10 en la espalda y muchas veces la cinta de capitán.
Salió campeón con la mayoría de estos equipos, siendo una pieza clave en cada torneo, en cada final. Su promedio de goles era descomunal, muchas veces superando los 25 por campeonato, sin importar la categoría ni la superficie.
Fue reconocido por el Círculo de Periodistas Deportivos en varias ediciones, así como también por la Secretaría de Deportes de la Municipalidad de Puerto Madryn, que supo valorar su trayectoria y aporte al deporte local.
Foto: Fútbol de Salón Deportivo Lujan.
En una entrevista con Cristian Roldán para La 17, La Mona confesó: “El fútbol me dejó muchos amigos. Me voy a olvidar de algunos, pero te nombro a Elías León, Jorge 'Guri' Chiquichano, Daniel 'Zurdo' Iglesias, Julio Calvo, Joselín 'Chiqui' Proboste, Tony Astrada, 'Chule' Castro, Miguel Godoy, 'El Indio' Contreras, Enrique 'Quique' Price y muchos más que siempre llevaré en mi corazón”.
¿Cómo hace para seguir en competencia? Ramón cuenta: “Entreno mucho con bicicleta, y fútbol en la semana con mi equipo actual. Trato de estar siempre en movimiento”. Y cuando le preguntan por las lesiones: “Aprendí a convivir con dolores musculares, pero confío en mí. Quiero estar siempre entre los titulares”.
En relación a jugar en varias categorías a la vez, responde entre risas: “A veces se complica con los horarios, pero he llegado a jugar dos y hasta tres partidos en el mismo día. El cuerpo a veces se queja, pero el alma lo agradece”.
Foto: Copacabana fútbol de los Barrios.
Sobre el reconocimiento popular, comparte con emoción: “Es lindo lo que pasa en la calle, el respeto de los rivales. Mi hija Melisa tiene 13 años, es capitana en Brown, tiene mi carácter y se sorprende cuando la gente me saluda o habla bien de mí. Es un orgullo que me llena el corazón”.
Barrionuevo jugó en todo tipo de canchas: de tierra, parquet, cemento, césped natural y sintético. En todas dejó su huella. Porque él no es solo un jugador, es una figura, un referente del fútbol de verdad.
Es el último 10. Humilde, querido, incansable. Ramón “La Mona” Barrionuevo: el fútbol hecho persona.
Foto: solo algunos de los tantos trofeos obtenidos.




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