Talleres clandestinos y venta en Ferias: la distribución nacional de la ropa falsificada

Detrás de la venta callejera de camisetas "truchas" y buzos con logos famosos, existe un negocio multimillonario sostenido por redes organizadas que operan desde talleres textiles clandestinos. Así quedó demostrado luego de una serie de allanamientos realizados en Lomas de Zamora y La Matanza, donde Gendarmería desbarató una estructura ilegal dedicada a la producción masiva de indumentaria falsificada.

La investigación, que se extendió durante diez meses, fue ordenada por el Juzgado Federal N.º 1 de Lomas de Zamora y ejecutada por el Escuadrón de Investigación de Delitos Complejos “Buenos Aires”. Los operativos incluyeron inspecciones en cinco puestos del paseo “Ocean” de La Salada, además de cuatro allanamientos en domicilios particulares ubicados en González Catán y Villa Celina.

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Los gendarmes encontraron talleres totalmente equipados con maquinaria industrial, donde se fabricaban miles de prendas con logos de marcas deportivas reconocidas. En total se secuestraron 17.195 artículos de vestir, la mayoría camisetas de fútbol falsificadas, junto con 25 máquinas especializadas para corte, bordado, sublimado y confección.

Además, se incautaron 376 rollos de tela, planchuelas, teléfonos celulares, una notebook, dispositivos de grabación y documentación clave para la investigación. También se decomisaron más de 1.400.000 pesos en efectivo, presuntamente provenientes de la venta ilegal.

Estas fábricas clandestinas abastecían de manera directa a ferias populares como La Salada, una de las más grandes del país, y desde allí distribuían a otras ciudades. Las prendas falsificadas eran vendidas a precios considerablemente menores que los originales, alimentando un circuito informal que perjudica al comercio legal y a las propias marcas.

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La magnitud del operativo y la cantidad de insumos decomisados revelan la estructura industrial de esta red, que operaba con niveles de producción comparables a los de una pyme textil legal, pero sin controles, sin habilitaciones, y con probables condiciones laborales irregulares.

De esta manera las grandes organizaciones delictivas aprovechan la informalidad del sector textil y de los mercados populares para montar fábricas en la clandestinidad. La venta mayorista se produce, en gran parte, dentro de las grandes ferias que atraen revendedores de todo el país. La venta de productos apócrifos no solo vulnera derechos de propiedad intelectual, sino que también fomenta la evasión fiscal y el trabajo precarizado.

Con información de Gendarmería Nacional.