El enfrentamiento entre conservadores y reformistas ya genera tensiones en el Vaticano

Actualidad03/05/2025

Cónclave

En medio de rumores, síntomas de presión alta y voces disidentes en las calles, el Vaticano vive días cargados de tensión ante la inminente apertura del cónclave que definirá al próximo Papa. El miércoles 7 de mayo, 135 cardenales menores de 80 años ingresarán a la Capilla Sixtina, donde comenzarán las deliberaciones para elegir al sucesor de Jorge Bergoglio.

Este viernes, la instalación de la tradicional chimenea —por donde se sabrá si hubo acuerdo con humo blanco o desacuerdo con humo negro— marcó el inicio simbólico del proceso. Las especulaciones sobre quién será el nuevo pontífice crecieron luego de que trascendiera que el cardenal Pietro Parolín, considerado uno de los más votados, sufrió un pico de presión. Aunque ya se habría recuperado, el episodio agitó aún más los pasillos vaticanos.

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Afuera, un cura canadiense interrumpió la jornada con gritos contra los sectores reformistas. “¡No voten a un modernista como Bergoglio!”, exclamó ante los cardenales, antes de ser retirado por la seguridad. Dentro, en cambio, se habla de consenso y unidad, con múltiples cardenales coincidiendo en que el nuevo Papa deberá continuar la obra pastoral sin profundizar fracturas.

Entre los posibles elegidos, sobresalen dos bandos: los conservadores, que empujan sin demasiado entusiasmo la figura del húngaro Peter Erdo, y los progresistas, que respaldan al italiano Matteo Zuppi, cercano a Francisco y conocido por su trabajo social y diplomático. También suenan los nombres del filipino Luis Antonio Tagle y del joven cardenal Pier Battista Pizzaballa, patriarca de Jerusalén.

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El cardenal francés Jean Paul Vesco señaló que la Iglesia necesita paz y consenso. Otros, como Anders Arborelius, creen que será un cónclave largo: “Los cardenales deben conocerse y contar sus visiones”, afirmó. En paralelo, se multiplican las conversaciones reservadas para evitar un escenario de ruptura interna.

Desde el Observatorio Político de la Religión, el analista François Mabille recordó que “en cuestiones doctrinarias, no hubo avances sustanciales con Francisco”, pese a la imagen reformista que dejó el pontífice argentino. Esto podría abrir la puerta a un perfil más conciliador, pero no necesariamente inmóvil.

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La incertidumbre marca las horas previas a la elección. La tensión institucional se mezcla con la emocional: el futuro de la Iglesia católica, sus debates más sensibles y el modo en que se ejercerá el poder espiritual en el mundo están en juego.

Fuente: NA, Infobae, Clarín.