Willliams Alarcón
La clasificación a los cuartos de final del Torneo Apertura no es solo una meta en Boca, sino una verdadera obligación que pesa sobre los hombros de Mariano Herrón. El entrenador interino sabe que los puntos acumulados en la fase regular no servirán de nada si el equipo no logra superar a Lanús en los octavos este sábado en La Bombonera.
La gran novedad de la mañana en el predio de Ezeiza fue la reincorporación de Williams Alarcón, quien se sumó al entrenamiento grupal tras haber dejado atrás una rotura de meniscos en la rodilla derecha. Aunque el mediocampista chileno todavía no está en condiciones de jugar este fin de semana, su regreso al trabajo a la par de sus compañeros representa un refuerzo simbólico y anímico para el plantel.
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Alarcón deberá recuperar ritmo futbolístico antes de ser considerado entre los convocados, pero su simple presencia refuerza el ánimo de un grupo que busca revancha tras una temporada de altibajos.
Por el momento, Herrón no podrá contar con algunos nombres claves para el choque ante el Granate. Edinson Cavani y Ander Herrera siguen trabajando diferenciados y recién podrían volver si Boca avanza a los cuartos, mientras que Nicolás Figal, que ya tuvo minutos en Reserva, tampoco será citado este fin de semana.
El equipo titular sufrirá un cambio obligado, producto de la lesión que dejó a Luis Advíncula fuera de toda la fase final del torneo. El lateral derecho peruano padece un esguince de rodilla con compromiso ligamentario, por lo que su reemplazo será Lucas Blondel, quien viene siendo probado como alternativa en los entrenamientos. Este movimiento no solo afecta la defensa, sino también la salida por las bandas, un aspecto que Herrón busca ajustar antes del decisivo encuentro.
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Más allá de ese cambio obligado, el DT interino podría mantener la base del once que empató con Tigre 1-1 en Victoria, aunque todavía queda una práctica clave este viernes para definir detalles. En principio, Agustín Marchesín se mantendría bajo los tres palos, con una línea defensiva central conformada por Rodrigo Battaglia y Marcos Rojo, y Lautaro Blanco ocupando el carril izquierdo.
En el medio, Milton Delgado y Tomás Belmonte aportarían equilibrio, mientras que la creatividad recaerá en Kevin Zenón, Carlos Palacios y Alan Velasco, todos ellos con la misión de asistir al goleador Miguel Merentiel.
El desafío de Boca no será menor frente a un Lanús que viene envalentonado y buscará dar el golpe en La Bombonera. El equipo de Herrón necesita mostrar solidez en defensa y más peso ofensivo, dos aspectos que quedaron en deuda en los últimos partidos de la fase regular.
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Las prácticas de esta semana han estado enfocadas en corregir errores defensivos y mejorar la efectividad en las llegadas al área rival, conscientes de que cualquier distracción podría costar la eliminación.
Herrón, que vuelve a asumir el interinato en medio de un contexto agitado, sabe que su continuidad dependerá en gran parte del resultado del sábado. Aunque en el mundo Boca se especula con nombres para el banco a largo plazo, la realidad es que hoy todas las miradas están puestas en este partido, que será decisivo para las aspiraciones del equipo.
El entrenador confía en que el plantel tiene la jerarquía necesaria para imponerse en casa y avanzar de ronda, pero no deja de repetir puertas adentro que el margen de error es mínimo.
Fuente: TyC
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