Milei: El peso sigue vivo pero solo para pagar impuestos

El presidente Javier Milei confirmó que el peso argentino seguirá existiendo, aunque con funciones limitadas. Aclaró que se usará solo para el pago de impuestos, en medio de su impulso por una dolarización “endógena”.

“El peso va a seguir existiendo y se va a utilizar para pagar impuestos”, afirmó Milei. El mandatario despejó dudas sobre una posible eliminación inmediata de la moneda nacional.

Durante su participación en el Latam Economic Forum 2025, el presidente volvió a exponer con crudeza sus ideas. En un tono provocador, reiteró su rechazo al sistema monetario actual y criticó con dureza la historia económica del país.

Milei señaló que el cepo cambiario fue un instrumento de tortura. “No hay nada que justifique perder la libertad o entregarla”, afirmó. Recordó que su gobierno eliminó esa restricción “a pesar de todos los pronósticos”.

“Conseguimos 20 mil millones de dólares cash y sacamos el cepo”, aseguró. Presentó esa medida como una acción valiente, con fuerte impacto en la estabilidad económica y la libertad de los ciudadanos.

El mandatario reiteró que el objetivo de su gobierno es la dolarización. Explicó que esa transformación será progresiva, con una transición basada en el ingreso libre de divisas al sistema.

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“Queremos una dolarización endógena”, dijo Milei. Según explicó, ese camino evitará errores de velocidad o interferencias políticas en el proceso de reforma monetaria.

Criticó con dureza a los políticos responsables del deterioro del peso. “Desde 1935 a hoy, le quitamos 13 ceros a la moneda. Claramente podríamos sacarle 13 más”, ironizó.

Milei se refirió al ahorro en dólares como una forma de defensa personal. “Los que pusieron dólares en el colchón se defendieron del robo inflacionario”, sostuvo.

El presidente elogió a quienes guardaron sus ahorros en moneda extranjera. “Ustedes son héroes. No lo hicieron por odio, lo hicieron para protegerse de los delincuentes legales”, exclamó ante una ovación.

Señaló que el país necesita esa masa de dólares para crecer. Estimó que hay entre 200.000 y 400.000 millones guardados fuera del sistema financiero formal.

“Esa inyección podría provocar un boom de inversión”, proyectó Milei. Apuntó a que esos fondos permitan acelerar el crecimiento y activar la economía real.

El jefe de Estado prometió crear un mecanismo seguro para bancarizar esos dólares. Involucró al Ministerio de Economía, al Banco Central y a ARCA en el diseño de esa herramienta.

“Queremos que puedan meter los dólares sin dejar los dedos marcados”, dijo Milei. Aseguró que el sistema garantizará anonimato y legalidad para evitar persecuciones.

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Milei subrayó que esos ahorros fueron obtenidos de forma honesta. Criticó el impuesto inflacionario y responsabilizó a los gobiernos anteriores por haber empobrecido a la población.

“No fueron delincuentes, se escaparon de los ladrones legales”, disparó. Definió a los políticos como responsables del saqueo del poder adquisitivo argentino.

El presidente usó un lenguaje directo y provocador. Dijo que “la basura de los políticos” robó a los trabajadores mediante el deterioro del peso.

Reiteró su intención de terminar con el monopolio monetario del Estado. “Vamos a ganar la libertad monetaria para siempre”, prometió.

Aseguró que el crecimiento económico permitirá que el peso pierda relevancia. En su visión, el peso quedará tan disminuido que el sistema se dolarizará por sí solo.

“El peso se va a seguir apreciando por la remonetización, pero va a quedar tan chiquito frente al dólar que va a desaparecer”, afirmó. Ratificó que la transición no requerirá medidas forzadas.

Planteó un horizonte de largo plazo. Dijo que Argentina podría convertirse en potencia mundial en 30 o 40 años, con avances visibles en los primeros 10 o 15.

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Explicó que la libertad económica llevará al país a un nuevo estadio. En ese contexto, prometió que ningún político podrá volver a “robar con inflación”.

Cerró su intervención con su clásico grito de batalla. “¡Viva la libertad, carajo!”, exclamó, ante un auditorio entusiasta.

El mercado reaccionó con atención a sus palabras. Las definiciones sobre el peso, los impuestos y los dólares marcaron el tono de una nueva etapa económica.

Milei dejó en claro que no habrá marcha atrás. Su modelo apuesta a un proceso ordenado, voluntario y respaldado por reservas para alcanzar la dolarización.

La transición dependerá del ingreso de dólares al sistema. El mandatario ve en el ahorro informal una oportunidad histórica para transformar la matriz económica.

Los pesos seguirán en circulación, pero con funciones limitadas. Según el plan oficial, su rol quedará reducido al uso impositivo mientras se expande la economía dolarizada.

El presidente no detalló plazos, pero sí objetivos. Y dejó un mensaje político fuerte: el sistema monetario cambiará para siempre.

La moneda nacional resistirá un tiempo más. Pero en la visión de Milei, su final es inevitable.

Y el camino hacia la “libertad monetaria” ya está en marcha.